Córdoba CF

Jesús León, del pasado al futuro

  • El máximo accionista del Córdoba rompe el miércoles su silencio tras cuatro meses y medio

  • Por delante, cuestiones que aclarar sobre la gestión y sus planes de futuro a corto y medio plazo

Jesús León, pensativo, durante una comparecencia en la Sala Vip de El Arcángel.

Jesús León, pensativo, durante una comparecencia en la Sala Vip de El Arcángel. / El Día

Jesús León vuelve este miércoles a la escena pública. Tras cuatro meses y medio de silencio, el presidente y máximo accionista del Córdoba ofrecerá su esperada comparecencia de prensa a las 12:30 en la Sala Vip de El Arcángel. Una aparición que para muchos llega tarde, tras todo lo acontecido en este 2019, pero que debe servir para que el montoreño aclare aspectos sobre su discutida gestión y los planes que tiene para la entidad en el futuro a corto y medio plazo, que pasa por la salida del fútbol profesional y la caída al pozo de la Segunda B.

El desastre deportivo, consumado con el descenso con cuatro jornadas de antelación sobre el final de la temporada; los problemas económicos que han tenido a los empleados más de tres meses sin percibir sus salarios y que se solventaron la pasada semana con el adelanto de los pagarés por la operación con el Valladolid por Guardiola y Aguado; las sombras de Carlos González y Luis Oliver y todo su equipo, con ramificaciones continuas a los juzgados; la culminación de la operación de compra del club que debe llevarse a cabo en pleno verano, y su proyecto para el curso 19-20 serán aspectos que León tendrá que tocar en una rueda de prensa obligadísima desde hace semanas, si no meses.

El desastre deportivo

Más allá de los numerosos obstáculos encontrados desde el pasado verano, es el momento de hacer autocrítica. El máximo responsable de lo ocurrido, que no el único, es el presidente. Lo que empezó torcido ya el pasado verano, con la cesión de Guardiola y el posterior bloqueo por parte de LaLiga del límite salarial son agravantes, pero no eximen de culpa a los gestores de un club que nunca han sabido dar con la tecla. De poco sirvió el mercado de invierno en esta ocasión. Lógicamente cuota de responsabilidad también tienen el director general, Alfredo García Amado; la dirección deportiva liderada por Rafael Berges, y fundamentalmente la plantilla, que como han admitido miembros de ella en las últimas fechas no ha estado a la altura de una competición tan exigente como la Segunda, en la que apenas han competido. Esto ha provocado la salida del fútbol profesional doce años después, con lo que eso conlleva, dado que las diferencias (para mal) ahora son mucho mayores.

Su continuidad en el club

Una de las grandes dudas sobre el futuro a más corto plazo del Córdoba es si Jesús León continuará siendo el máximo accionista. De momento, la próxima fecha clave es el 31 de julio, cuando quedó fijado el último pago de la operación de compraventa entre Aglomerados Córdoba y Azaveco, tras la renegociación llevada a cabo el pasado verano. El montoreño tiene que abonar 4,5 millones a Carlos González, que en las últimas semanas ya ha realizado su particular carrusel mediático para intentar adelantar el cobro. No lo ha conseguido, parece, de momento. Luego está por ver si es real la supuesta oferta de un grupo para hacerse con el club a cambio de sostener toda la deuda y el pago final requerido. Aunque en este caso, si fuera aceptada, la última palabra la tendría el anterior máximo accionista, que se guardó la opción de tanteo y retracto. Pero el punto principal es conocer la voluntad del actual dirigente de seguir o no al frente de la institución.

El continuo ruido externo

Sea real o no, lo cierto es que como siempre cuando la pelota no entra, el ruido externo solapa todo lo deportivo. Y en el Córdoba no iba a ser menos. León ha tenido, tiene y tendrá que lidiar en las próximas semanas y meses con otros actores protagonistas en el pasado reciente de la entidad. A las apariciones ya realizadas de González y Joaquín Zulategui, mano derecha de un Luis Oliver que ya ha salido a escena también y cuya denuncia ha supuesto la apertura de diligencias por la Fiscalía, le seguirán más cruces de declaraciones y más citas en los juzgados. Esa es la segunda casa del CCF en los últimos años, desde la política del anterior gestor de despedir por decreto. León lo ha hecho también dentro de ese proceso de limpia total con el pasado que ya ha retomado, ahora por las restricciones económicas, en Segunda B. Un problema más con el que lidiar.

Una imagen deteriorada

Los problemas de liquidez económica que el Córdoba ha sufrido durante toda la temporada, y con especial relevancia en los últimos meses, han manchado no se sabe cuánto la imagen de la entidad. El club ha acumulado más de tres nóminas sin pagar a todos sus empleados, con lo que eso supone sobre todo para los no deportivos, cuyos emolumentos son mucho más bajos para sobrellevar el día a día. Eso terminó provocando el comunicado conjunto del primer equipo, el Femenino y el filial a través de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) denunciando tal situación. El sindicato, por si fuera poco, tuvo que adelantar algunos pagos a jugadores del Córdoba B. Un notable deterioro producto de la tensión de tesorería que no termina de entenderse por los adelantos solicitados por el club, al que también se acusa de movimientos extraños entre empresas. Es por eso que diferentes colectivos ya han solicitado que se ofrezca el estado real de las cuentas para poder dibujar mejor el futuro.

Un plan para Segunda B

La hoja de ruta marcada por el CCF hace unas semanas pasaba por solventar los problemas de los impagos, cerrar la temporada con un balance externo e interno, y planificar el futuro en Segunda B. Ahora mismo parece que el guion está en mitad del segundo punto, por lo que parece complicado que Jesús León pueda dar las líneas maestras y los nombres para su proyecto en la categoría de bronce. Lo normal es que se limite a ofrecer alguna pincelada, pero la lógica invita a pensar en que todavía habrá que esperar.

El análisis interno es básico para saber qué piezas continuarán y cuáles tendrán que salir de la institución en un verano de muchos cambios, obligados sobre todo por la drástica reducción presupuestaria, y que afectará a todas las parcelas. Eso sí, la secretaría técnica tiene avanzado su proyecto de reestructuración, pero no será hasta ahora, ya solventados los pagos, cuando pueda empezar a tomar forma... si no hay cambios, que sería lo más probable. De una forma u otra, el objetivo de una entidad como el Córdoba no puede ser otro que intentar hacer un equipo para pelear por el retorno al fútbol profesional por la vía rápida, pero con cimientos fuertes, no sobre un castillo de naipes sin fundamento.

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