El Granada firmó un curso pasado desastroso que le condujo al descenso de categoría. Su mal hacer llevó a los rectores a una revolución casi total y la llegada tanto de un nuevo entrenador como de numerosos jugadores incorporados con el único objetivo de intentar el regreso por la vía rápida a la máxima categoría. Han confiado el proyecto al extécnico blanquiverde José Luis Oltra, produciéndose una profunda metamorfosis en la plantilla nazarí. El meta luso Ruí Silva, el comodín defensivo Hongla, el centrocampista Sergio Peña, Machís o el punta Adrián Ramos son los únicos que se mantienen del ejercicio pasado en un equipo que firmó hasta 18 nuevos jugadores a su plantel, algo que está retrasando el ensamblaje y compenetración de un conjunto que aún no conoce el triunfo.

sin balón

El Granada ha construido un equipo para convivir con el balón, por lo que no tener continuidad en la posesión y recibir una presión demasiado alta que le impida avanzar con el esférico provoca que su único argumento sea lanzar balones en largo, más por quitárselo de encima que por generar peligro. José Luis Oltra, que ya ha probado el 4-2-3-1, el 4-3-3 y que ahora parece confiar más en el 4-4-2, se fía de la experiencia de Javi Varas, que le ha dado plena confianza en la portería. Por delante del exmeta de Las Palmas coloca una línea de cuatro hombres en la que Víctor Díaz -en detrimento del cordobés Quini- y Álex Martínez se han adueñado de los laterales. Son dos jugadores cumplidores en defensa que se proyectan continuamente en ataque, sobre todo Álex Martínez por el costado izquierdo, donde siempre pugna con Iriondo por la titularidad. Por el centro, la lesión de Germán ha resquebrajado una zaga en la que ahora ocupan el eje Menosse y Charlie Dean, jugadores contundentes, expeditivos, con notable juego aéreo y facilidad para salir jugando el balón, pero que tienen problemas cuando se enfrentan a delanteros corpulentos con buen juego de espaldas y a equipos con mucha movilidad arriba. Además, le cuestan los repliegues defensivos, sobre todo cuando suben al ataque en jugadas a balón parado. Saunier sería la otra opción para el eje de Oltra.

con balón

En el doble pivote aparecen Raúl Baena y Montoro. El primero se encarga de sostener al equipo en el centro del campo, dándole equilibrio; mientras que Montoro es el encargado de darle sentido al juego del Granada, generando con sus pases el juego ofensivo granadino. Oltra propone un juego combinativo y de asociación, pero con la idea de superar líneas y de finalizar los ataques. Sus recambios son Alberto Martín, Sergio Peña e incluso Espinosa si se juega con mediapunta. Si se atascan en la posesión de balón, sobre todo Montoro o los centrales buscan balones largos a Pedro, Darwin Machís o Joselu, incluso buscando el buen hacer de espaldas a la portería de Adrián Ramos. Pedro y Machís ocupan los costados del centro del campo y se convierten en bastiones importantes del juego ofensivo por su habilidad, recorrido tanto por fuera como por dentro. Arriba, Joselu y Adrián Ramos batallan continuamente para hacerse hueco o abrirlo a los compañeros. Además, tienen desequilibrio y mucha pegada.

lo mejor

Dispone de una gran plantilla.

lo peor

Cierta fragilidad defensiva.