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Salir no debe ser algo malo

  • Frenada la caída libre, el Córdoba quiere empezar a dar muestras de crecimiento a domicilio tras tres viajes seguidos con pésima imagen

En la búsqueda de la ansiada estabilidad, al Córdoba tiene que ponerse las pilas. Vivir entre rachas y crisis no conduce a ningún sitio a un equipo demasiado acostumbrado a estar lejos de la regularidad, que es precisamente el mejor compañero de viaje para acercarse al éxito en una categoría tan dada a las sorpresas como esta Liga 1|2|3. Los blanquiverdes salvaron su primer match ball el domingo con el Alcorcón y, con esa dosis de confianza y autoestima que pedía a gritos ya en el zurrón, se encuentran ahora ante la primera oportunidad para dar muestras de crecimiento a domicilio, donde acumulan tres sopapos considerables que dejaron muy dañada la imagen de la plantilla y la institución. Para ello tiene que asaltar un Anxo Carro que apura las fiestas de la ciudad con la intención de ver el tercer triunfo consecutivo de los suyos, que el pasado fin de semana vieron frenada su mejor racha de siempre en la división de plata.

Tras arrancar la temporada con dos derrotas en El Arcángel, el Córdoba está logrando hacerse fuerte de local. Ganó al Tenerife y repitió ante el Alcorcón, ambos con la receta de la puerta a cero y hacer el primer gol del partido con la que también ganó en su primer desplazamiento del año, a Albacete. Dejando a un lado la Copa del Rey, donde el cuadro de Luis Carrión también venció en la visita al Lorca, aquella goleada en el Carlos Belmonte es la única noticia agradable que el cordobesismo se ha podido echar a la boca de visitante. Porque luego llegaron tres tropiezos seguidos en Barcelona, Granada y Valladolid, todos al borde mismo del ridículo, con un balance de once tantos encajados por sólo dos a favor, que dejaron al equipo en una zona de descenso de la que ahora está fuera. Eso sí, la renta es mínima, por lo que toca evitar cualquier disgusto más que pueda luego acrecentarse al pasar a la clasificación.

De momento, Carrión parece que ha hallado por fin la fórmula para empezar a crecer. Tras probar con los dos delanteros del plantel de inicio durante tres partidos, el técnico volvió a sus orígenes ante el Alcorcón, revolucionando además el once con siete cambios que ayudaron a ver un CCF bastante diferente. Y no sólo en conceptos tácticos, sino en actitud e intensidad, dos ingredientes innegociables para alcanzar cualquier resultado positivo en el fútbol actual cuando el talento sólo está al alcance de unos pocos. Con el 4-2-3-1 de base, el cuadro cordobesista estuvo más equilibrado, supo medir mejor sus balances y minimizó a un rival que, eso sí, nada tiene que ver con el que hoy estará enfrente. Porque el Alcorcón y el Lugo, en fútbol, son como la noche y el día.

De hecho, los gallegos son bastante parecidos en el fondo a este Córdoba, lo que quizás empuje al técnico a modificar su alineación contradiciendo aquello de que lo que funciona, no se toca. Ante un conjunto albivermello que se encuentra cómodo con la posesión, quizás sea conveniente la vuelta de Edu Ramos para fortalecer el centro del campo -Caballero, Markovic o Javi Lara tendrían que dejar su sitio en el once-, pues repetir con dos mediocentros de perfil ofensivo... No será el único cambio, pues la lesión de Jaime Romero, que le obligó a quedarse ayer en Córdoba, empuja a Carrión a buscar un extremo para el perfil izquierdo, con Javi Galán como principal candidato, aunque sin descartar al capitán Alfaro. Sea uno u otro, lo que es seguro es que el hombre más vigilado del ataque blanquiverde será Sergi Guardiola, enrachado con cuatro goles en las últimas cuatro citas ligueras que han elevado a seis, con su doblete copero, su cifra anotadora.

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