AD Ceuta - Córdoba CF | El otro partido

Kike Márquez y Adrián Fuentes, el valor de la segunda unidad del Córdoba CF

Los jugadores del Córdoba CF celebran su segundo gol al Ceuta.

Los jugadores del Córdoba CF celebran su segundo gol al Ceuta. / LOF

El Córdoba CF sumó un triunfo en Ceuta de los que al final de la temporada hacen la diferencia. Los blanquiverdes sacaron adelante un encuentro complicado, ante un rival metido en la zona baja pero con más fútbol que puntos, y consiguen aguantar en la cabeza de la clasificación al tiempo que alargan su fortaleza lejos de El Arcángel, donde no conocen la derrota en lo que va de temporada. En el Alfonso Murube, el factor diferenciador entre los dos equipos estaba en los banquillos y el CCF explotó esos mayores recursos con los que contaba para desequilibrar un duelo cuyo marcador no reflejó con justicia lo expuesto por ambos conjuntos sobre el terreno de juego.

Un vistazo a la hoja de alineaciones bastaba para comprobar las diferencias entre ambos planteles sin necesidad de que el balón echase a rodar. En el Ceuta, apenas un par de recursos ofensivos aguardaban su oportunidad junto a José Juan Romero. Germán Crespo, por su parte, contaba con un arsenal importante de jugadores pese a las bajas acumuladas en una semana complicada en ese aspecto.

Ambos equipos comparecían en el Alfonso Murube con media docena de bajas, entre lesiones y sanciones, para un partido que medía al líder contra el penúltimo. Los dos extremos de la clasificación que se tocaban, aunque el desempeño de ambos equipos fue mucho más parejo que esos 20 puntos de diferencia que había entre ambos en la tabla.

Tanto fue así que el Córdoba sufrió de lo lindo. Se agarraron los blanquiverdes a la seguridad que otorga su portero, un Carlos Marín crecido que está siendo una de las claves de la sobresaliente temporada del conjunto cordobesista. Y en el segundo tiempo llegó el momento de la verdad, ese en el que los grandes futbolistas dejan su impronta.

Al principio de la temporada, Germán Crespo ya avisó en reiteradas ocasiones de que confiaba en que su equipo sacaría muchos partidos complicados adelante en la media hora final de juego, debido a la profundidad de banquillo de la que goza en su plantilla. Desde la segunda unidad aparecen semana tras semana futbolistas capacitados perfectamente para ser titulares y que pueden cambiar un partido en apenas media hora de juego.

Dos cambios cruciales

En esta ocasión, esa diferencia la marcaron Adrián Fuentes y Kike Márquez. El técnico granadino acertó de pleno en el minuto 56 cuando vio que su equipo necesitaba otro aire para responder a la mayor iniciativa del Ceuta. Y no especuló, algo que no está en su ideario, apostando por dos hombres de claro carácter ofensivo para dar un golpe de timón.

Tanto Fuentes como Márquez tardaron muy poco en darle la razón a su entrenador. El primero de ellos, todo fuerza y verticalidad, acentúa más sus cualidades cuando se encuentra con una defensa ya golpeada por el cansancio. Ahí su frescura de piernas marca diferencias y eso dio al Córdoba un impulso para amagar primero y golpear después, hasta en dos ocasiones. Adrián Fuentes fue uno de los grandes protagonistas del triunfo en el Murube, otorgando valor de ley a esa importancia del banquillo en el CCF.

Pero si Fuentes fue vital, el que se encargó de dinamitar directamente el partido fue Kike Márquez. El gaditano se inventó un golazo de otra categoría, con un trallazo desde 30 metros que Gato ni siquiera pudo intuir, para poner en ventaja a los suyos y hundir psicológicamente al Ceuta. El mediapunta no necesitó más que su primera intervención en el partido para decantarlo, dejando patente que para el Córdoba es un lujo -a veces excesivo- el permitirse tener a uno de los hombres más diferenciales de la Primera Federación en el banquillo hasta la segunda parte.

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