Córdoba CF

Luis Carrión, once meses de amor imposible con la grada

  • El técnico se despide con un mal balance en este curso y la espina de su tensa relación con la afición

Luis Carrión, serio, antes del inicio del partido frente al Nàstic de Tarragona.

Luis Carrión, serio, antes del inicio del partido frente al Nàstic de Tarragona. / álex gallegos

La etapa de Luis Carrión como técnico del Córdoba finalizó ayer, fruto de la severa goleada recibida el pasado domingo ante el Nàstic de Tarragona (1-5). La preocupante situación del equipo llevó a la directiva blanquiverde a tomar la decisión de relevar al preparador catalán, al que han acabado tumbando los números en un nefasto arranque de temporada, por mucho que las críticas desde la grada y cierta parte del entorno del club hayan sido una constante prácticamente desde su nombramiento como entrenador del primer equipo.

Con una serie de tres victorias y siete derrotas, los argumentos para defender su labor se acabaron, incluso para el propio Carrión, que en la rueda de prensa posterior al choque ante el Nàstic ya compareció resignado, reconociendo que no sabía si estaba capacitado para sacar adelante la situación y hacer reaccionar a un equipo que ha caído en una espiral que asusta. El técnico barcelonés, que tenía contrato hasta 2019 con la entidad blanquiverde, se desvincula totalmente de la entidad después de haber pasado prácticamente por todos los escalafones del cuerpo técnico.

En la temporada 2013-2014, Carrión llegó como segundo entrenador de Pablo Villa. Tras la destitución del madrileño, asumió el cargo de entrenador interino en la derrota (3-0) ante el Numancia. Tras esa clara derrota, el club optó por Albert Ferrer como opción para el banquillo y Carrión se integró en su cuerpo técnico como ayudante.

Al curso siguiente, en la temporada 14-15, el técnico barcelonés se hizo cargo del Córdoba B, con el que consiguió un brillante ascenso a Segunda División B. Fue ahí cuando el entrenador se ganó el cartel de claro aspirante al banquillo del primer equipo, una oportunidad que le llegaría antes de lo esperado. Porque tras la jornada 16 de la temporada 2015-2016, Carrión tuvo que hacerse cargo del primer equipo por la destitución de José Luis Oltra. Después de unos días de indecisión por parte de la directiva del club, la apuesta por el catalán fue firme y el joven entrenador finalizó el curso con buenos resultados, alejando al Córdoba de los puestos bajos y firmando un balance de 10 victorias, seis empates y 10 derrotas en los 26 partidos que dirigió esa temporada.

En total, Carrión se marcha del Córdoba con unos números bastante discretos. De los 37 partidos dirigidos, el barcelonés logró 13 victorias, seis empates y 17 derrotas. Especialmente malo ha sido el comienzo de esta temporada, la primera en la que tenía la oportunidad de arrancar su proyecto desde cero. Con nueve puntos sumados de 30 posibles, su continuidad parecía ya insostenible.

A pesar de tratarse de un hombre correcto y de formas educadas en sus comparecencias públicas, Carrión ha recibido críticas prácticamente desde que asumió el cargo. Un sector de esos críticos no le perdona su permanencia en el club tras la salida de Pablo Villa, el que apostó por su contratación para acompañarlo en su aventura como técnico blanquiverde. Ese movimiento lo colocó a ojos de muchos como un hombre cercano al propietario, Carlos González. De ahí que, ni siquiera cuando el equipo rindió a muy buen nivel en el final de la pasada temporada, el técnico contara con el respaldo mayoritario de la afición que acude a El Arcángel. Especialmente sonadas han sido las pitadas recibidas este curso cada vez que su nombre se anunciaba por la megafonía del estadio, algo que, si bien no ha sido el principal desencadenante de su salida, facilita mucho las cosas para el club de cara a la afición. Apenas 11 meses ha durado la etapa de Carrión en el primer equipo, en lo que ha terminado siendo un amor imposible con la que un día fue su afición.

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