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Granada es el examen final

  • Con un sistema definido, un bloque en el que confiar y a la espera de un plan, Sandoval se jugará el puesto en Los Cármenes tras ser 'salvado' por el tanto de Aguado

José Ramón Sandoval sigue el entrenamiento del pasado viernes, en la previa del duelo ante el Tenerife, junto a parte de su cuerpo médico.

José Ramón Sandoval sigue el entrenamiento del pasado viernes, en la previa del duelo ante el Tenerife, junto a parte de su cuerpo médico. / juan ayala

Granada es el examen definitivo, la prueba final para ver si el Córdoba actual de José Ramón Sandoval está capacitado para escapar de la quema y situarse en una zona tranquila de la clasificación de la Liga 1|2|3. De lo que ocurra el sábado en Los Cármenes (18:00) dependerá el futuro del entrenador madrileño, que ante el Tenerife salvó su primer match ball gracias al gol de Álvaro Aguado sobre la bocina. No es el único culpable, ni mucho menos, pero la falta de triunfos y la ausencia de sensaciones ganadoras en estas primeras seis fechas del campeonato han hecho que los rectores blanquiverdes pierdan la confianza que tenían depositada en uno de los héroes del milagro de la permanencia, discutido tanto dentro como fuera del campo ya desde hace un par de semanas.

Agotado el argumento de la paciencia por la tardanza en la llegada de los fichajes y la pretemporada extraña vivida, el Córdoba está obligado a vencer ya. No sólo porque todavía no lo ha hecho, ni porque marcha colista, ni porque tiene la salvación a dos puntos. Todo eso pesa, pero a estas alturas de la temporada lo hacen más las sensaciones, que no acaban de ser positivas, ni siquiera ahora que el técnico de Humanes parece haber encontrado un sistema y un bloque sobre el que cimentar la reacción. Ahora sólo queda trazar un plan, el guion perfecto para plasmar en el casillero ese primer triunfo que espante fantasmas y devuelva a la entidad una tranquilidad que lleva meses demandando sin éxito, y no sólo por el bagaje deportivo.

Como si viviera al límite, el equipo sólo es capaz de mostrarse decicido con todo en su contra

Un planteamiento que, pese a lo que pudiera parecer por la imagen final del partido del pasado sábado ante el Tenerife, aún parece lejano. Ante los chicharreros, como en otras ocasiones, el CCF demostró que sólo es capaz de mostrarse decidido cuando lo tiene todo en su contra, como si siguiera viviendo al límite, como en los meses finales de la campaña pasada. Ahora, con ocho meses largos todavía de competición, el argumento debe ser bastante más sólido. Y ese es el principal problema, el quid de la cuestión que sigue sin resolverse.

Quizás el camino esté en dar un punto de continuidad al bloque de la última jornada, tras bandazos a diestro y siniestro en las semanas previas. Pues a pesar de que el plan tuvo lagunas y algún jugador fuera de órbita, sí parece que por ahí pueden ir los tiros en el futuro más inmediato, sustentado todo en ese 4-1-4-1 disfrazado de 4-3-3 sobre el que parece creer Sandoval de un tiempo a esta parte.

Porque el gran hándicap ante el Tenerife no fue de actitud ni entrega, sino de no saber cómo ganar el partido que en varias fases se puso muy de cara, sobre todo tras la expulsión de Luis Pérez en el minuto 60. Entonces, el plan pasó a ser sumar gente de perfil ofensivo, algo que provocó que de nuevo apareciera un equipo desordenado sobre el verde que se volcaba sobre el portal contraria a arreones, tirando más de corazón que de cabeza, a pesar de tener a su favor la posesión del esférico desde casi el inicio de la batalla.

Pero todo eso sólo dio para igualar y sumar un punto, un botín insuficiente que además, por las victorias ajenas, deja al Córdoba en el farolillo rojo de la tabla. Así que todo sigue igual que estaba para una nueva batalla, el próximo sábado en Los Cármenes ante el Granada, con el condicionante de que ahora enfrente aparecerá un rival ambicioso, con ganas de ganar y empujado por su afición. Un perfil totalmente diferente al Tenerife que se encargará de medir a los blanquiverdes y, especialmente, a José Ramón Sandoval.

Un técnico al que nadie le podrá discutir su empeño por sacar adelante este proyecto torcido desde el arranque, si bien los resultados no terminan de acompañarle. Y en el fútbol actual, eso es lo principal, como se ha encargado de recordar en más de una ocasión el presidente Jesús León. Él, al final, es el que tiene la última palabra, y eso será en función de lo que ocurra en este segundo derbi consecutivo que llega vestido de test definitivo.

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