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¡Dejen hablar a la pelota!

  • Tras muchos días de embrollos extradeportivos que poco ayudan, el Córdoba retoma su carrera a la desesperada por la salvación en el feudo del conjunto más en forma del torneo

¡por fin fútbol! Después de una semana disparatada entre despachos, notarías, ruedas de prensa, burofaxes y dudosos espectáculos mediáticos que al final han terminado -o no- dejando todo tal y como estaba en una casa blanquiverde que no cambia de dueño (al menos por ahora), ya es hora de que el balón tome todo el protagonismo en clave cordobesista. Y mira que tampoco es que la pelota esté dando hasta la fecha muchas alegrías, más bien todo lo contrario, pero al menos eso forma parte del juego. Hoy toca derbi andaluz en Carranza y, como el pasado mayo, el Córdoba vuelve a llegar a la cita agobiado en la clasificación. Más aún que entonces, cuando el punto sumado con el gol de Alfaro (1-1) fue buenísimo para encarar el final liguero, pues el cuadro de Jorge Romero encara el inicio de la segunda vuelta de la competición en la Liga 1|2|3 desde la antepenúltima posición, con un déficit de siete puntos sobre el único objetivo posible (la permanencia), pero sabiendo que algunos de los resultados de sus rivales directos ayer le sonrieron. Enfrente, el Cádiz vive días de vino y rosas, está en ascenso directo porque es segundo en la tabla y, pese al discurso excesivamente prudente de la directiva y el plantel, empieza a ver el ascenso a la élite como una posibilidad más que real.

Una situación muy diferente es la que atraviesa el Córdoba, que tiene cinco meses para fabricarse un nuevo milagro. No será fácil, pero al menos todos ya en el seno de la entidad son conscientes de que el equipo está obligado a multiplicar su rendimiento para mantener el aliento hasta el final. Con lo exhibido hasta el momento no da. Y si como parece, al menos si todo el proceso de compraventa se mantiene cerrado tras el portazo que el viernes dio el propietario, no va a haber modificación alguna en la plantilla, queda claro que los que están tienen que ponerse las pilas de verdad. Se acabaron las buenas palabras en las previas y los postpartidos, es hora de sumar, de ganar, pues ese es el único camino conocido para conducir este proyecto viciado a buen puerto.

De momento, el CCF se presenta hoy en Carranza con unos números, sobre todo a domicilio, que dan miedo. No gana de visitante desde agosto, cuando lo hizo en Albacete, en la segunda salida del campeonato; desde ese momento, un empate en diez viajes ha sido el botín. Un lastre con el que es imposible convivir y que debe cambiar desde la primera oportunidad que ofrece el calendario para no convertir cada cita en El Arcángel en una actuación sin red. El problema es que el primer test para el peor visitante de la categoría es en casa de un Cádiz que pasa por ser el equipo más en forma de Segunda. Ha sumado 26 de los últimos 30 puntos, lleva cinco victorias consecutivas en Carranza y sólo ha encajado dos goles en las últimas diez jornadas. Números, sobre todo estos últimos, que dan envidia sana al cordobesismo.

Porque es reconocido por todos que el principal problema del Córdoba actual está en su flaqueza defensiva. Entre Pawel y Stefanovic han encajado la friolera de 39 goles en las primeras 21 citas, tres la pasada semana en Gijón, y eso destruye todo lo bueno que el equipo es capaz de hacer con balón. Jorge Romero se afana en encontrar el punto de equilibrio, pero el tiempo corre. Tiene que ser ya. Y tiene que ser con los que hay, pues con Josema fuera de juego, todo pasa por la seguridad que sean capaces de transmitir Caro y Joao, por supuesto con el esfuerzo del resto, porque por muchos fallos individuales, el gran error es de concepto. Con todo, no parece que el técnico cordobés vaya a hacer cambios más allá de los obligados por las ausencias de Fernández y Aguza, siendo Loureiro y Alfaro los principales candidatos a ocupar sus sitios en el once.

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