El Escáner | Análisis de la jornada 13

¿Cuántas vidas le quedan al Córdoba CF?

  • Los blanquiverdes siguen a tiro del primer objetivo, pese a sumar solo dos puntos de los últimos nueve

  • A falta de cinco jornadas para el final de la primera fase, el equipo ha perdido el revulsivo de Alfaro

Javi Flores protesta una acción en el partido ante el Recreativo Granada.

Javi Flores protesta una acción en el partido ante el Recreativo Granada. / Juan Ayala

El Córdoba CF sigue atascado y malgastando grandes oportunidades de acercarse al primer objetivo de esta extraña temporada, que no es otro que asegurar un puesto entre los tres primeros al término de la primera fase para seguir soñando con el ascenso a Segunda División. Los blanquiverdes volvieron a dejarse en el camino puntos vitales ante el Recreativo Granada y siguen complicándose la vida, aunque la competición les sigue abriendo la puerta con misericordia.

La igualdad que defiende Pablo Alfaro en la categoría es real, al menos a nivel de resultados. Los números de cada equipo dicen poco de las diferencias presupuestarias y del sufrimiento colectivo está sacando rédito un Córdoba que ha reducido de forma preocupante su ritmo de puntuación, pero que sigue a solo un punto de la zona de privilegio.

La jornada 13, por increíble que parezca, acercó al equipo de Pablo Alfaro a la cabeza de la tabla, después de la clara derrota del Linares en su feudo ante el Sevilla Atlético (0-3). El UCAM Murcia sigue a dos puntos y el Betis Deportivo -con un partido menos- marca la franja de los tres primeros con 21, solo un punto más que el Córdoba.

El balance de daños tras el enésimo tropiezo ante el Recreativo Granada no es, por tanto, alarmante en exceso, aunque preocupan más las sensaciones del equipo que los fríos números. Para empezar, en el momento crucial de la temporada, el Córdoba ha sumado dos puntos de los últimos nueve, lo que a falta de cinco jornadas para el final de la primera fase dibuja un panorama difícil, con un margen de error cada vez menor y dos equipos como el Sevilla Atlético y el Real Murcia apretando por atrás, lo que resulta cuanto menos inquietante.  

¿Adiós al revulsivo?

Llegados a esta situación, cabe preguntarse cuántas vidas le quedan al Córdoba. El primer objetivo sigue a tiro, es algo innegable, tanto como que el conjunto blanquiverde no está capacitado para alcanzarlo si sigue por la senda marcada en las últimas semanas. La dinámica del equipo es preocupante y el efecto revulsivo de Pablo Alfaro parece haberse diluido. Así lo indican los números, que hablan de que en sus cuatro primeros partidos el técnico aragonés consiguió que su equipo sumara 10 de 12 puntos, por los dos de nueve puntos que ha hecho en los tres últimos. Cuando la carretera se empina, el CCF parece quedarse sin el golpe de pedal necesario para estar en cabeza.

Más allá de esta primera fase, en la que el conjunto blanquiverde sigue vivo y con opciones reales de avanzar entre los tres primeros a la segunda, cada tropiezo supone enterrar un puñado de posibilidades de ascenso de manera clara. Con este formato de competición en el que los puntos se arrastran, el Córdoba no solo debe entrar entre los tres primeros, también tiene que hacerlo bien situado para no convertir la segunda fase en un imposible. Ese factor empieza a preocupar también, pues el equipo solo ha ganado cinco de 13 partidos y acusa una irregularidad que, salvo cambio radical, convierte en una utopía el hecho de estar entre los tres mejores equipos de todo el Grupo IV.

Un equipo previsible

La reacción debe llegar ya, pero para ello, el Córdoba tendrá que analizar en profundidad las carencias endémicas de su fútbol. El equipo lleva algunas semanas siendo castigado de manera cruel en defensa. Ante el Yeclano se lo ganó a pulso con errores impropios de profesionales, pero ante el UCAM Murcia y el Recreativo Granada, el único borrón del partido costó un gol en cada cita. Un aspecto que no sería tan preocupante si el equipo de Alfaro fuese capaz de reponerse con fútbol y atrevimiento.

Ahí está una de las grandes fallas de este Córdoba, que desde el principio del curso ha mostrado una incapacidad alarmante para hacer daño a su rival desde la posesión. Con las excepciones del duelo en casa ante El Ejido y la visita al UCAM Murcia, la tónica habitual es la de un equipo previsible, sin ideas claras, con poca movilidad entre líneas y que juega a un ritmo bajo que no sorprende a nadie.

El Recreativo Granada supo aprovecharse de esa circunstancia y se defendió con solvencia simplemente manteniendo el orden en las líneas. Ni siquiera el jugar media hora en superioridad numérica bastó al Córdoba para generar ocasiones claras de gol, más allá del barullo en el área en el que llegó el empate final.

Los números en el fútbol rara vez llegan sin sensaciones positivas en el juego. Al menos, con cierta continuidad. Ahí está la tarea más importante e inmediata de Pablo Alfaro y sus jugadores, que deben recuperar el rumbo perdido antes de que al Córdoba se le agoten las vidas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios