La agenda del Córdoba CF está a tope, por mucho que este atípico verano invite a pensar en lo contrario. La campaña de abonados, la presentación de las nuevas equipaciones de Givova, el reencuentro con el Córdoba Futsal, la confección de las plantillas de los primeros equipos para la próxima temporada, los continuos líos con protagonismo de los juzgados... Todo sin olvidar ese hándicap que tradicionalmente viene persiguiendo al club blanquiverde: la falta de instalaciones.

La llegada de Infinity a la entidad cordobesista el pasado diciembre ha servido para retomar e intensificar los contactos con el Ayuntamiento para acometer de una vez por todas la cesión de El Arcángel; y hasta para buscar de manera conjunta unos terrenos en los que ubicar la futura ciudad deportiva. Pero mientras, los rectores cordobesistas han adecentado el actual recinto del Camino de Carbonell -aún quedan las casetas para los vestuarios- con el fin de poner a disposición de sus profesionales y canteranos una instalación lo más digna posible.

Pero ahí no queda la cosa. El proyecto 20-21 (y futuro) del fondo de Bahréin tiene como prioridad la gestión del fútbol formativo y el fútbol femenino. De ahí que más allá de la inversión directa, entre los objetivos del club se hace un lugar una planificación para descargar de actividad a la actual Ciudad Deportiva, siempre y cuando el uso del campo principal siga estando limitado a los entrenamientos del primer equipo.

Es por eso que los directivos blanquiverdes han pensado en El Fontanar, un complejo municipal destinado en los últimos años principalmente al atletismo, aunque en contadas ocasiones también ha sido empleado para algunos partidos de rugby (la última vez en abril de 2019 para unas jornadas femeninas de Seven). La idea sería que el filial, que volverá a militar en el Grupo X de Tercera División, y/o el Córdoba Femenino, que repetirá en el Grupo Sur de la Liga Reto Iberdrola, pasen a jugar sus compromisos oficiales -y tal vez algún entrenamiento- en el recinto del Parque Cruz Conde.

No sería la primera vez que esto ocurre, pues el Córdoba B ya disputó durante 2015 y con anterioridad sus encuentros de local en El Fontanar, antes de iniciar un peregrinar que le llevó hasta El Carpio para terminar de nuevo en el Camino de Carbonell. Es más, también el primer equipo se ha desplazado en alguna ocasión a esta instalación para realizar sus entrenamientos, la última en septiembre de 2018 y con José Ramón Sandoval al frente del proyecto, entonces motivado por la resiembra del campo principal de la Ciudad Deportiva.

El proyecto, que ya está encima de la mesa, tiene que fructificar aún, dado que El Fontanar es una instalación municipal y, por tanto, está bajo el manto del Instituto Municipal de Deportes (Imdeco) del Ayuntamiento de Córdoba. Luego quedaría por mimar el terreno de juego y adecuar los horarios, un tema sin duda secundario si finalmente fructifican los contactos que permitirían liberar de carga de partidos los fines de semana en la Ciudad Deportiva.