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Ambición desde la adaptación

  • "El objetivo es ser superiores en las dos áreas", apunta Carrión, para el que "hay que cambiar algunas cosas"

Luis Carrión, sonriente, durante la sesión de entrenamiento de ayer en El Arcángel.

Luis Carrión, sonriente, durante la sesión de entrenamiento de ayer en El Arcángel. / josé martínez

Evidentemente, cuando el plan original falla hay que buscar alternativas para encontrar el camino hacia el éxito. En nombres, en sistemas o en estilo, que para el caso es lo mismo. El Córdoba ha arrancado la temporada con demasiados sobresaltos y hoy, ante uno de los más claros candidatos a estar en la pelea por un ascenso que el pasado ejercicio sólo dejó escapar en el capítulo final, tiene la primera oportunidad para reconducir su marcha. Luis Carrión y sus jugadores son conscientes de que "hay que cambiar algunas cosas" tras el varapalo y la pésima imagen dada en Barcelona, empezando por los conceptos defensivos "porque nos hacen gol con mucha facilidad". Y eso es un caramelo apetitoso para un Tenerife que hace especialmente bien las transiciones defensa-ataque.

"Saldremos con once jugadores competitivos, pues con independencia del sistema, quiero competir bien", advirtió como premisa principal Carrión en la rueda de prensa prepartido. El técnico catalán dejó abierta por primera vez una puerta a una modificación táctica, sabedor de que accidentes como el del Mini Estadi no pueden volver a repetirse. "Una de las cosas que me cabrearon más del partido de Barcelona es que hay acciones en las que nos encaran a la línea de cuatro desde 60 metros", dijo el preparador cordobesista, que hizo hincapié en los aspectos a mejorar: "Somos verticales, tenemos mucho el balón y cuando lo perdemos hay mucha gente superada, y eso no puede ser. No quiero que pase más; tenemos que defender con gente detrás del balón porque nos hacen gol con facilidad. Hay que mejorar eso y hemos trabajado para conseguirlo".

Carrión, que reconoció que el vestuario "acabó jodido al ver el vídeo" de la debacle ante el filial del Barcelona, quiso buscarle el lado positivo siendo sabedor de que "una derrota no viene nunca bien y menos aún con esa sensación que dimos". "La gente ha entendido que hay que cambiar cosas, que tenemos que resarcirnos y conseguir los tres puntos para que la gente vea que fue un día malo". Y es que aunque es imposible "controlar" el sentimiento de la grada, ahora mismo de lógica frustración, el técnico sí entiende que "Córdoba es una ciudad extremista, para bien y para mal, y cuando el equipo se entrega, la afición se entrega". Un detalle que para el catalán "es importante" porque "al rival le cuesta más". Así que, al menos de salida, su reto para hoy no es otro que "trabajar, apretar y llegar al área, porque si lo hacemos, nuestra afición se va a identificar con el equipo".

Todo eso habrá que ponerlo en práctica ante un Tenerife que viene de quedarse en la final del último play off y que, a juicio de Luis Carrión, es "un equipo trabajado, que ha mejorado, que se siente cómodo saliendo a la contra, aunque también tiene buen manejo, por lo que vamos a tratar de evitar eso". Es sin duda un primer paso, aunque el entrenador del Córdoba es mucho más ambicioso: "El objetivo esta semana es ser superiores a ellos en las dos áreas". De ser así, el éxito seguro que está más cerca.

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