Vivir en córdoba

Un viaje al pasado en La Corredera

  • La plaza cordobesa alberga varios locales que se dedican a vender objetos antiguos y curiosos

Espejos con el reflejo borroso, grabados con varias decenas de años, enormes baúles y arcas de madera o libros de unas cuantas generaciones atrás son algunos de los objetos que se pueden encontrar en el local que Francisco Santos regenta en la plaza de la Corredera desde hace más de 40 años. Bajo sus muebles antiguos esconde verdaderas curiosidades y elementos antiguos que los cordobeses que pasan cada día por esta populosa plaza cordobesa rebuscan entre miles de piezas. Una señora acaba de comprar un tirador para un mueble antiguo que tiene en su casa y que ya no encontraba por ningún lado. "Por seis euros voy a recuperar un regalo de mis padres", asegura contenta. Minutos después llega Ana paseando con su perro y le llama la atención un monedero de cuadros blanco y negro. "Está sin estrenar y cuesta cinco euros", le informa Santos, aunque la chica finalmente no lo compra.

El goteo de personas no cesa en toda la mañana para buscar el objeto más curioso o el que se necesita. María, por ejemplo, recurre a Santos porque quiere cambiar la cerradura de su armario -lleva 30 años casada y fue un regalo de sus padres para la boda-. "He buscado por todas las ferreterías, pero ninguno le vale, así que vengo aquí a ver si puedo recuperar el mueble". Además, y según reconoce el propietario del local, "todos los productos que tengo son de segunda mano y por eso están a unos precios muy asequibles porque en la mayoría de ferias de antigüedades los objetos son muy caros". Santos asegura que puede tener vasijas que tengan más de 300 años y también otros objetos más actuales como máquinas de coser o teléfonos -aunque con los últimos avances tecnológicos parecen de la Edad de Piedra.

En Córdoba hay bastantes personas que se dedican a recuperar objetos antiguos o incluso al coleccionismo de piezas de hace muchos años. Prueba de ello es el mercado de la Aurora que cada domingo en la calle San Fernando reúne a personas especializadas en este ámbito con el objetivo de conseguir esa pieza única, exclusiva, curiosa o significativa porque recuerda a escenas o momentos del pasado. En La Corredera, además, son varios los locales que ofrecen antigüedades, lo que convierte a esta plaza en un enclave único para pasear y volver al pasado. El mercado municipal y los soportales llenos de artesanía y otros de flores conforman un paisaje que se antoja atípico y fuera de la gran ciudad.

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