Córdoba

La tradición no cierra en festivo

  • Las pequeñas tiendas de ultramarinos no bajan la persiana aunque la ciudad se encuentre de descansol localización Estos negocios, que han de competir con las grandes supercifies, se concentran en su mayoría en el Centro Histórico

La ciudad se tomó ayer la jornada de descanso. Muchos aprovecharon el puente de la festividad de la Fuensanta para hacer la primera escapada de la temporada después de la vuelta al trabajo. Otros optaron por pasar el día en familia, reuniéndose con sus allegados alrededor de una mesa en la que no faltaron, a buen seguro, platos típicos de la gastronomía cordobesa, como el salmorejo o el flamenquín. No hay que olvidar a los que se acercaron a la Velá para hacer acopio de los sabores que circularon en la Huevá de la Fuensanta. Sea como fuere, lo cierto es que las calles de la capital presentaban ayer un aspecto que nada tenía que ver con el de cualquier otro lunes. Pero no todos pudieron presumir ayer de tener el día libre. A pesar de que la amplia mayoría de los negocios mantuvieron la persiana bajada, algunos, como las tiendas de ultramarinos abrieron ayer sus puertas. Y es que estos establecimientos, para los que no corren buenos tiempos, suelen sacar de apuros a más de uno durante los días festivos. Es el caso de Eva López, que acudió ayer al comercio de la familia Muñoz, en la calle Ancha de la Magdalena, para comprar media docena que se le había olvidado incluir en la lista de la compra el sábado. "Si no llega a estar la tienda abierta, no sé cómo hubiera hecho la comida", reconoce.

Para estos comercios, que se concentran fundamentalmente en el Centro Histórico, resulta difícil competir dentro del mercado actual, donde reinan las grandes superficies. Con el fin de ganar ventaja en algún aspecto tienen que recurrir a ampliar su horario de apertura, aunque se queden sin día de descanso. Manuel Muñoz, dueño de la tienda de Ancha de la Magdalena, apunta que el problema del pequeño comercio pasa por la "escasa concienciación de la gente, que piensa que es más barato comprar en grandes supermercados, sin detenerse a analizar la calidad de los productos que se llevan a casa". Muñoz apela que es "imposible" que un cliente reciba en un gran comercio el trato personalizado que se ofrece en establecimientos de corte familiar como el suyo.

Aunque actualmente es complicado mantener una clientela fija, Verónica Ruiz, dependienta de Alimentación Carmona, en la calle Alfayatas, afirma que sí que hay quien compra a diario en la tienda. "Los días festivos suele venir gente de otros barrios y bastantes turistas", explica Verónica, a quien no satisface la idea de trabajar en festivo. "Pero hay que hacerlo por mantener vivo el negocio", sostiene.

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