Es lo que tiene la crisis, que provoca que el consumidor mire al detalle el precio de los productos, a pesar de los descuentos, que en algunos casos son de vértigo y llegan ya al 70%. Las rebajas de verano comenzaron ayer, de manera oficial, y el gasto se contuvo entre los clientes más fieles, a tenor de los establecimientos visitados por El Día. No obstante, sus propietarios o dependientes aseguraron que hoy y el próximo sábado serán días de auténtica "bulla" y en los que se registrarán más ventas.

Como cada 1 de julio, las escenas se repitieron en la mayoría de los establecimientos de la zona Centro de la capital. Por ejemplo, 15 minutos antes de la apertura de la tienda Zara, ubicada en la calle Gondomar, ya había alrededor de 60 personas esperando en la puerta para comprar la prenda elegida. Grupos de jóvenes y madres con sus hijas adolescentes conformaban este nutrido grupo, entre las que se encontraba María José Rivas, una joven de 18 años, que tiene su propia estrategia de rebajas. "Un día antes o dos de que empiecen las rebajas, veo la ropa que quiero o que necesito, me la pruebo y la sitúo en la tienda, así cuando abran hoy -por ayer- sólo tengo que ir a los percheros y cogerla", resumió. Rivas reconoció que dada la precariedad de su economía, su paso por las rebajas va a ser algo más controlado que otros años. "El problema es que si no vienes el primer día, luego no encuentras nada", sostuvo.

Sin duda, el inicio del periodo de descuentos no fue tan atractivo como años anteriores. En El Corte Inglés apenas un centenar de personas aguardaban su apertura, según indicó una de los guardias de seguridad que se encargó de abrir las puertas a las 10:00. A media mañana, estos grandes almacenes estaban repletos, pero no había grandes colas. "La crisis se nota muchísimo", aseguró una de las dependientas de la tercera planta, quien apuntó que "en las rebajas del año pasado hubo más movimiento". La mujer destacó que los clientes "se están gastando mucho menos dinero". Por ejemplo, continuó, "el año pasado hacíamos operaciones de 300 euros en poco tiempo y esta mañana son operaciones de apenas 20 ó 40 euros, como mucho".

El control sobre el gasto fue otra de las notas de la jornada. "He reservado 50 euros y me gustaría llevarme unos pantalones y un par de camisetas", señaló Alba Cárdenas, a la entrada de la tienda Mango, situada en el Bulevar del Gran Capitán. Cárdenas, de 23 años y empleada del hogar, consideró que las rebajas de este verano "hacían falta ya, a pesar de las promociones que ha habido en todas las tiendas en junio".

El gasto inicial de estas dos mujeres viene a confirmar las previsiones que maneja la Confederación de Empresarios del Comercio Andaluz (CECA), entidad que apunta un gasto medio de 85 euros por personas en compras hasta el próximo 31 de agosto.

A pesar de ello, uno de los factores que hace que los comerciantes mantengan la esperanza es que muchos clientes esperan a las rebajas para adquirir el producto que más le gusta y que han estado viendo en el escaparate o la estantería durante la temporada. "Las perspectivas es que se venda bastante y que tengamos más ventas", apuntó Inmaculada, dependienta de la tienda Gonna, ubicada en la calle Reyes Católicos, en cuyo escaparate cuelga el cartel del 50%, sin duda, uno de los más repetidos en los comercios.

Ante la situación económica y para aumentar las ventas, a Inmaculada no le ha quedado más remedio que "poner promociones del 30% hace un par de semanas", señaló. Y es que gran parte de los establecimientos de textil y numerosas franquicias han tenido que recurrir a intensas promociones durante el mes de junio para intentar levantar una temporada que muchos ya han calificado de "muy mala". Es más, a pesar de los descuentos, los comerciantes también han previsto una caída en las ventas del 15% durante este periodo, sobre todo en el calzado y el textil.