Ruta de Regina-Realejo

De plaza de las Tazas a Escañuela

  • El itinerario de la ruta Regina-Realejo está salpicado de recintos muy diferentes entre sí -ocho en total- cuyos propietarios cuidan con mucho esmero y con gran dedicación a la Fiesta

Cristina Bendala ha atrapado un trozo de la historia de su casa, el número 11 de la plaza de las Tazas, en el zaguán de la misma. Cristina no cesa en su empeño de recuperar la memoria histórica de esa antigua casa de vecinos que antes fue picadero. "Antes de que acabe la Fiesta de los Patios, quiero ponerles letreros con el nombre a todas las personas que aparecen en esas fotos antiguas que hay colgadas en el zaguán y también contar en otro cuadro un poco de la historia de la plaza con otra foto antigua; era un barrio con mucha actividad comercial, un barrio lleno de casa de vecinos y tiendas", destaca. Como destaca en su patio unas plantas que están ubicadas en donde antes había una gran palmera, unas esterlicias gigantes, también llamadas plantas del paraíso, un paraíso, el de Cristina Bendala "al que le dan un punto tropical que me gusta". Ella está convencida de que a la gente lo que más le gusta al acceder a plaza de las Tazas, 11 "es siempre la sorpresa de encontrase con un espacio fresco, tan grande cubierto de árboles, muy verde, algo así como un gran oasis".

Nada que ver con el patio de Diego Méndez, 11, donde Chari Ojeda, una de las vecinas que reside en la casa y la responsable de que el recinto luzca tan bello como siempre, recibe a los visitantes junto al controlador del mismo, Alberto Expósito. A Chari le gusta contar que hay una gran maceta que le produce mucha nostalgia, tiesto en el que vive una espectacular flor de la gamba, que le trae recuerdos de su madre. La guitarra sentada en una silla y rodeada por un mantón de manila vuelve a ser un elemento decorativo de un patio en el que las macetas conservan el barro sin pintar, "porque el barro conserva mejor el agua", esa pócima líquida que les da la vida a las plantas.

Para agua en cantidad -más de 1.000 litros-, la que ha servido de alimento a las flores de Manuel Morales y Paula Mantero en Duque de la Victoria, 3 durante el último mes. Allí, en ese patio que ha sido escenario de bautizos, comuniones y bodas de la familia, la gente suele hacerse selfies y tomar fotografías, sobre todo, capturando imágenes en las que aparezca una fuente muy artesanal confeccionada por Manuel con azulejo antiguo, singular, único...también inmortalizan un espejo muy rocococamente barroco que le han regalado a los Morales Mantero. "Este año la gente echa de menos la hormiga", señala ella. "La hormiga murió y estamos esperando que la niña la resucite", dice él. Esa gran hormiga que colgaba en el patio y que se rompió es una de las obras escultóricas de una de las hijas del matrimonio, Araceli. Otra de las esculturas de Araceli, un galgo con carne y huesos de forja, parece guardar el patio sin pasar desapercibido.

Como no pasa desapercibida una vegetación que está más frondosa que nunca en Gutiérrez de los Ríos, 33, el patio de Benito Raya y Carmen Valencia. "A la gente le sorprende cuando viene que la vegetación va en aumento, que tiene un desarrollo, y que el color va en aumento con respecto a los años anteriores; tenemos muchos visitantes que son asiduos todos los años y nos lo dicen", explica Benito, quien detalla que como novedad que se han visualizado más las tejas que hay pintadas a modo de tejado en la pared más alta del recinto, un tejado sobre el que ya no sólo camina un gato negro en modo dibujo inanimado, este año se ha sumado otro gato negro más que lo espera. "Llevamos siete años abriendo el patio y ese desarrollo y aumento de la vegetación supone que el patio haya cambiado mucho en ese tiempo", apunta.

Lo que no cambia en Conde de Arenales, 4, el patio de Concepción López, es el arte con el que recibe el zaguán lleno de cordobanes y guadamecíes elaborados por la propia Concepción, un zaguán con un escalón de acceso al patio que a veces le pone la zancadilla al visitante. "Cuidado con el escalón", suele repetir la controladora del recinto, Elena García, a quien llega al mismo. Y lo que sí ha cambiado en Conde de Arenales, 4 es que este año uno de sus detalles estrella en el que todo el mundo se fija en una obra de arte que ha elaborado concepción "con un grupo de amigas". Se trata de una ventana vestida de época de Patios y elaborada en cuero. No faltan sus macetas, su salamandra "y hasta su desconchón en la pared", comenta Concepción.

Tampoco faltan detalles en Pedro Fernández, 6, el patio de Ana Balbuena y Marcial Gómez, en el que este año han cambiado la disposición de las macetas "para acoger más personas". De la ornamentación del patio de esta casa de pueblo dentro de la gran ciudad, Ana destaca, entre otras plantas, "el gambón, una planta que explota en todos los sentidos, que viene de Los Pedroches, donde los pastores la echaban de noche al fuego para espantar a los lobos". "Y también una kilea que compramos hace dos años y que es una planta medicinal; es como una orquídea, pero pequeñita y es buena para la gente que tiene problemas para dormir", añade Ana.

Plantas especiales también hay en Pedro Verdugo, 8, el patio de Ángeles Flores, donde lo sobrenatural se hace patente resucitando unos claveles, unas sulfinias o un incienso, "una planta que se me fue el año pasado; de un esqueje me han nacido dos plantas", insiste la dueña de ese bello recinto presidido por un pozo árabe sobre suelo de chino cordobés y en el que Ángeles mantiene el espíritu de aquella casa de vecinos que antes fue orfanato de monjas clarisas.

Como mantiene el espíritu, en este caso de la solidaridad, el patio de Escañuela, 3, el gran recinto de la Asociación de Amigos de los Niños Saharauis. "Es tan grande que es difícil llenarlo de macetas", comenta Antonio Caballero, un cordobés que lleva ya dos días de patios "y los que me quedan, así hago deporte", sostiene. Antonio intenta sin prisas captar cada uno de los detalles de un patio por el que se reparten 800 macetas en el que destaca una fuente de estilo modernista y el brocal de medio pozo ficticio sobre el que reposa un mosaico de la Virgen de las Angustias.

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