Córdoba

El paro aumenta en la capital un 24% por el desplome de la construcción

  • Un tercio de los parados de la ciudad espera ya más de un año antes de hallar un hueco en un castigado mercado laboral

Córdoba capital cierra el año 2008 con un castigadísimo mercado laboral, con unas alarmantes cifras de paro que obedecen a los tiempos duros que atraviesa la economía real. El último informe sobre la situación del mercado de trabajo que realiza el Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo (Imdeec), que incluyen los datos de desempleo hasta el mes de noviembre, señalan hasta qué punto se ha producido un deterioro en las empresas, que optan por reducir plantillas o congelar contrataciones dando al traste con las expectativas de miles de familias. El incremento interanual del paro registrado por el organismo público -entre los meses de noviembre de 2007 y 2008- atribuible a la capital asciende al 24%. En cifras redondas, hace doce meses había 26.320 personas en situación técnica de paro mientras el último dato conocido asciende a 32.678 hombres y mujeres, con familia y proyectos de vida.

El pasado mes de septiembre, en Córdoba capital se cruzó un amargo Rubicón. Por primera vez en muchos años, había más de 30.000 personas sin empleo. Entre enero y noviembre de 2008, 5.469 ciudadanos habían tenido que dejar su empleo habitual. En general, todos y cada uno de los sectores de población y actividad se han visto afectados por el tsunami de la desaceleración de la economía nacional, que ya se encuentra en situación técnica de recesión.

El crecimiento más destacado ha tenido lugar en un mercado de la construcción prácticamente paralizado y, lo que es peor, sin visos de contar con salidas a medio plazo a una crisis de confianza, crédito y liquidez. Según el informe del instituto municipal, el número de empleados de las distintas obras que pasan a estar en paro ha evolucionado, en un año, de un 9,6% a un 11,5%. Ello está teniendo un efecto de primera mano: el paro se está cebando con los hombres, ya que buena parte de las fuentes de destrucción de empleo se encuentran entre las profesiones tradicionalmente ocupacas por varones. Otros sectores, como la construcción y los servicios, destruyen empleo, sí, pero a escalas diferentes.

Mala es la situación del empleo y peor las perspectivas de encontrarlo. Cada vez hay menos contratos y, por ende, se reduce el número de afiliaciones a la Seguridad Social así como la calidad del empleo que se crea. Una de las estadísticas más impactantes de las que se hace eco el estudio municipal se basa precisamente en la falta de expectativas que tiene a día de hoy una persona que se queda en paro. Un tercio de las personas que se encuentran en desempleo llevan más de un año apuntado a las listas oficiales sin encontrar un puesto de trabajo, momento en el que empieza a agotarse la mayor parte de las prestaciones por desempleo previstas por el Estado. Cada vez menos son las personas que están poco tiempo en el paro entre su último despido y el siguiente puesto de trabajo. Un 34,8% de los parados de la capital lleva menos de tres meses frente al 29,3% de la última estadística anual, relativa a todo el ejercicio de 2007.

El parón económico está teniendo un efecto sustancial en los trabajadores afiliados en la Seguridad Social que alcanza cotas verdaderamente bajas. El pasado mes de agosto se perdió el suelo de los 105.000 afiliados a las arcas del Estado con un dato, el de noviembre, que asciende a 102.859 personas. En todo 2007 nunca se llegó a una cifra tan reducida y hay que remontarse a primeros de ese ejercicio para encontrarse con unos números similares (103.922 en el mes de enero). El cálculo que realiza el Imdeec es que el número de afiliaciones durante el año 2008 (datos relativos a los meses de enero a noviembre) se ha reducido en torno a un 2,5%.

La crisis se nota, sin embargo, en que la actividad de los trabajadores por cuenta propia resiste producto de los parados que deciden establecerse por su cuenta capitalizando el subsidio por desempleo. En todo el año 2008, el número de autónomos se redujo tan sólo en un 0,4%. Curiosamente, ni las personas dadas de alta en los regímenes generales de la Seguridad Social (trabajadoras del hogar y del campo) tienen una reducción significativa.

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