Loco por la música

Con la música a otra parte

  • Países menos desarrollados, con sentido común, tienen la Música en su sistema general al mismo nivel que otras asignaturas igual de importantes

Cuarteto de cuerda.

Cuarteto de cuerda.

"La música es el hombre escapado de sí mismo” (José Martí). No puedo estar más de acuerdo con la frase que inicia este artículo, pero al parecer, aunque muchos lo puedan sentir así, los que realmente tienen que fomentar que aquella forme parte de nuestras vidas, no lo ven de igual manera.

Es lamentable ver que las horas de esa asignatura –Música– van desapareciendo en de las aulas del sistema general de enseñanza. Nuestros hijos cada vez reciben menos conocimientos de algo que forma parte de su diario vivir y del nuestro como adultos procuradores de esa educación correcta y humanizadora.

En primer lugar, el interés en la asignatura de música en el sistema educativo general, está desapareciendo y no me refiero a las horas de clase en nuestros colegios e institutos, sino a la apatía de algunos por darles a conocer a nuestro ciudadanos del futuro valores ciertos de calidad musical que imagino van aparejados a esa muerte lenta que tiene la música en nuestras enseñanzas generales.

Sistemas de enseñanza de países menos desarrollados, con sentido común, tienen la Música, en su educación general, al mismo nivel que otras asignaturas igual de importantes, como las Matemáticas o la Legua por su alto valor sensitivo, humanizador e intelectual.

Obviamente, no ayuda que se permita que “creadores” con ideas y patrones simples y reproductores y gestores que a base de repetir mucho lo mismo saturan las ondas, consigan crear una necesidad en el oyente que termine haciendo que pierda el gusto por todo tipo de música con calidad. Me refiero a lo que consideramos como popular por su seguimiento de masas, que a veces solo es superfluo, temporal, poco educativo y hasta provocativo.

Por otro lado, tenemos la creencia de que los estudios musicales son una actividad extraescolar que sirve para aumentar la ya importante carga de horas de lectivas que a veces se conjugan con un sinnúmero de otros quehaceres didácticos, como idiomas e infinidad de deportes variopintos que intelectualmente y saludablemente son muy buenos, pero suele pasar que el que mucho abarca poco aprieta y se es parte de todo y bueno en nada.

Otra situación especialmente curiosa es la necesidad lógica de que en nuestras festividades mas sentidas, como son los enlaces matrimoniales, casi siempre se requiere tener a intérpretes que de forma directa nos deleiten con sus capacidades tocando obras que muchas veces no son ni acordes con la formación que los contratantes han elegido.

Por supuesto, venero la capacidad de gusto y deseo, pero reclamo mayor comprensión con los músicos, pues si no le reclamamos y exigimos a cualquier otra profesión según nuestro neófito criterio, ¿por qué lo hacemos con personas que como mínimo han estado 20 años estudiando para hacerse profesionales de su instrumento y siguen renovándose y superándose para deleitarnos con su arte?

Vivimos en una sociedad que tiene como uno de sus pilares la oferta y la demanda, pero curiosamente no se consigue una calidad musical excelsa minusvalorando el trabajo y saber de unos profesionales. Es bueno pensar si hacemos lo mismo con nuestras otras necesidades o con nuestra propia profesión. Lo que tal vez sea mas doloroso es ver como los encargados de sustentar, apoyar y promover la enseñanzas artísticas en general, no solo no muestran el interés debido, sino que dejan en manos inexpertas las cuestiones más importantes porque priman más lo números que el sentido común.

No pretendo realizar un alegato de cuestiones que son sabidas por los que incansablemente trabajan a diario en la enseñanza de la música con amor, responsabilidad y denuedo. Desde aquí mi más sincero abrazo y mis mejores deseos para el futuro, pero sí quisiera hacer ver que, si con miles de trabajos y esfuerzos se logra que muchos de nuestros conciudadanos pongan el nombre de nuestro país en alto en diversidad de agrupaciones musicales de altísimo nivel por el mundo, qué cosas no se lograrán teniendo un sistema de enseñanza de la música avanzado, con sentido común, libre de cargas burocráticas y pensando en el futuro, no en el gasto económico.

Dada la situación y la comprensión de quienes deberían preocuparse de que este magno arte forma parte de nuestras vidas, lo mejore irse con la música otra parte. Buen día a todos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios