Córdoba

Hasta siempre, maestro

  • Tuvimos la suerte de contar con el maestro y con su prestigio para promocionar la provincia de Córdoba desde la perspectiva de la moda y el diseño

Temíamos quienes pensábamos en él desde Córdoba, que podría ocurrir cualquier día. Lo temíamos, pensando en que le debíamos una visita. Pero, una vez más, la muerte nos sorprende y llegan cuando lo la esperamos.

Fue, también una semana de un mes de enero como éste. Tuvimos la suerte de contar con el maestro y con su prestigio para promocionar la provincia de Córdoba desde la perspectiva de la moda y el diseño. Desde ese momento, el maestro no faltó a ninguna cita con Córdoba. Y pudimos disfrutar durante muchos años más de la satisfacción de compartir un compromiso mutuo con nuestra provincia.

Elio Berhanyer nos daba la oportunidad ambiciosa de enriquecer los ámbitos de desarrollo en los que trabajábamos con un sector importante como era el diseño y la moda. Ambos se proyectaban, gracias a él, con una firme y novedosa perspectiva cultural. Pero, por otra parte, para quienes admirábamos al maestro, acercarlo, desde el máximo reconocimiento a Córdoba significaba, a la misma vez, la ocasión de intentar resarcir lo que sentíamos como una deuda con este cordobés, que llevaba su Córdoba con una lágrima en el corazón y con el recuerdo de la injusticia por mucho dolor y un poco de olvido.

La inmensa generosidad que todos le reconocemos le hizo revivir Córdoba con todo su cariño y retomar con toda su pasión la idea de trabajar por su tierra andaluza, que además lo había reconocido como andaluz ilustre otorgándole una medalla que ya nunca dejaría atrás.

Segura que éstas fueron las razones para que sus creaciones, sus joyas, sus diseños, sus lecciones y reflexiones volvieran a Córdoba. Prestó cuando se puede prestar: su talento, su experiencia, su prestigio y su influencia creativa. Todo dirigido a los jóvenes, a los que siempre consideraba clave en su labor. Ejemplo de ello fue la cátedra que llevaba su nombre y que, como el maestro, era discreta pero inolvidable para quienes la compartieron.

Es un día triste para todos los que tanto apreciamos a Elio Berhanyer. Nos aflige pensar en su ausencia, pero sentimos la alegría de haberlo conocido y de haber visto que pudo disfrutar del reconocimiento de su Córdoba mientras respiraba. Probablemente quede pendiente alguna acción que permita perpetuar en la ciudad de Córdoba una persona sencilla, cercana, humilde y grande, maestro del diseño y amante de Córdoba. Maestro, que descanses y que la tierra te sea leve.

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