La soledad y el silencio de más de cien días ya son historia. Ahora es momento de retomar viejos hábitos, de tender la mano a visitantes y conciudadanos, ávidos de descubrir la belleza y el encanto de una maravilla que, como todos y todo, también ha tenido que reinventarse tras el paso del covid-19. Con esa premisa principal y las medidas a las que obliga la nueva normalidad, Medina Azahara ha reabierto sus puertas este miércoles bajo un sofocante calor, pensando ya en volver a ser esa musa que cautiva cámaras y corazones a primera vista.

Desde bien temprano, para desafiar las altas temperaturas que han decidido acompañar la llegada del verano, la ciudad palatina ha abierto sus puertas, dejando ver su nueva realidad. Y no ha tardado en recibir abrazos de cordobeses y foráneos, visitantes llegados desde Valencia, Navarra o Granada, que en algunos casos sin ser siquiera conscientes de que era el día del reencuentro, han tenido el placer de deleitarse -de nuevo o por vez primera- con un paseo por la historia, de Córdoba y Al-Andalus, que te transporta como pocas experiencias en un viaje a través de los siglos... que te acaba finalmente llevando al presente.

Porque Medina Azahara no es ajena a lo que toca en estos tiempos post-covid. Es por eso que ya desde esa obligada primera toma de contacto con el centro de interpretación y el museo, que ejercen de anfitriones, las medidas de seguridad y sanidad impuestas invitan a pensar que algo ha cambiado, no necesariamente para mal. Mascarillas obligatorias, dispositivos de hidrogeles, señalización, eliminación de folletos que pasan a estar disponibles en código QR... y la gran novedad de un recorrido circular y unidireccional que el director del complejo, Antonio Vallejo, ha dejado claro que llega "para quedarse".

De hecho, ahí está una de las ventajas que esta nueva normalidad ha traído a un yacimiento "ordenado y coherente que pone más en valor" su particular riqueza y elimina esas incómodas aglomeraciones de gente en determinados espacios, a los que de paso ayuda en su conservación. Todo, según Vallejo, para dejar constancia en "una diferencia en la percepción" de todo el complejo, que permite a sus visitantes adentrarse en un karma de disfrute y emoción por "el valor histórico" de la ciudad palatina.

El director de Medina Azahara, que ha pedido de manera encarecida "valorar más lo que tenemos", ha estado acompañado en este acto de reapertura de Medina Azahara por el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Antonio Repullo; la delegada de Cultura y Patrimonio Histórico, Cristina Casanueva, y el alcalde de Córdoba, José María Bellido, que ha contado también con el respaldo de la teniente de alcalde de Cultura, Blanca Torrent.

Una pareja de visitantes recibe instrucciones a su entrada al yacimiento.

Todos han coincidido en hacer un llamamiento a los cordobeses para que se acerquen a conocer "la nueva visión" de un lugar "único en el mundo" que en 2018 recibió la merecida distinción de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. "Tienen la opción de disfrutar de otra manera de una Medina Azahara más cercana", ha insistido Casanueva, tras anunciar la reducción del aforo en un 50% para seguir con las directrices marcadas, lo que reduce a 75 visitantes el museo cada 30 minutos y a 50 personas por viaje en la lanzadera que une el centro de interpretación con el yacimiento.

Por su parte, Bellido ha apuntado que "poco a poco Córdoba vuelve a su hermosa normalidad" antes de hacer una clara referencia al turismo, del que la ciudad palatina es un atractivo singular. Tras perder los meses más fuertes, con el Mayo Festivo a la cabeza, el alcalde ha pedido pensar "en el futuro, porque el patrimonio está ahí y Córdoba es una ciudad maravillosa", y ha anunciado la puesta en marcha de una agenda cultural que pase por "recuperar la ciudad para los cordobeses con una riqueza que fomente el turismo, porque no todo es turismo, aunque sea muy importante".