La Mezquita, el Puente Romano, el Alcázar o la Sinagoga son algunos de los edificios más significativos de Córdoba. Pero esta riqueza histórica no ha sido lo único que le ha valido para ser nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad, una distinción que recibió hace ya 14 años. Sus estrechas calles de la Judería, sus plazas o sus casas señoriales forman parte del Casco Histórico reconocido por la Unesco y que los cordobeses tienen que aprender a cuidar y conservar.

Para celebrar este aniversario, el Alcázar de los Reyes Cristianos acogió ayer un acto en el que los principales protagonistas fueron los niños. Ellos deben velar por que el patrimonio de Córdoba se mantenga durante años, como hasta ahora, y por integrar lo histórico en la evolución del tiempo. Para ellos se organiza cada ejercicio un concurso de artes plásticas en los colegios para premiar los que mejor hayan expresado la importancia del patrimonio.

David Rosa, del centro Al Andalus; Noelia Chacón, de la Divina Pastora; Ana Miranda, del colegio Santa Victoria, y Julián Merchán, del María Montessori, recogieron su premio, valorado en 250 euros en material escolar para el centro y otros 350 euros para el alumno. El jurado, presidido por el teniente de alcalde de Turismo, Francisco Tejada, alabó "la técnica, aptitud artística y concienciación" de los niños. Aunque sólo unos pocos recibieron el galardón, lo cierto es que en el concurso -que este año ha llegado a su sexta edición- han participado un total de 1.020 alumnos de 14 colegios.

El Instituto de Educación Secundaria Rafael de la Hoz es uno de los más concienciados en esta causa. Uno de sus profesores, Francisco Luque, está al frente de un grupo de alumnos que se encargan de conocer el gran legado que los antepasados han dejado en Córdoba y formarlos en lo necesario de su conservación. Y lo que empezó siendo una afición o una actividad extra escolar se ha convertido en todo un proyecto que cuenta con el beneplácito, además, del área de Turismo del Ayuntamiento. Así, han ejercido de cicerones de la ciudad de otros alumnos de distintos colegios y ayer hicieron lo propio con una visita virtual a través del ordenador para los asistentes al acto en el Alcázar. El grupo de jóvenes patrimonitos -como se hacen llamar- ha ampliado sus cometidos y en afán por mantener la historia han conseguido recuperar antiguos instrumentos con los que interpretaron piezas de Eduardo Lucena y el clásico Soy cordobés.

La orquesta de Plectro de Córdoba también interpretó otros temas que sirvieron para poner fin a los actos conmemorativos por el 14 aniversario del reconocimiento como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Ahora toca trabajar para que la Unesco también valore otras riquezas de Córdoba como los patios, como explicó el propio Tejada.