Un invento que abrió ojos y puertas

El sistema de lectoescritura ideado por Louis Braille en 1825 dio a las personas ciegas "la llave del conocimiento", como aseguró ayer el presidente del Consejo Territorial de la ONCE de Andalucía, Alberto Morillas, en la inauguración de la exposición La llave del conocimiento. De este modo, la muestra, que se exhibe en el bulevar del Gran Capitán hasta el próximo lunes, da a conocer a los cordobeses de una manera didáctica y sencilla cómo el braille da a las personas ciegas la posibilidad de acceder a la educación y a la cultura. Esta exposición permite al visitante conocer asimismo la utilidad del braille, así como la evolución de los distintos instrumentos utilizados para escribir en este sistema, desde las primeras máquinas hasta las modernas líneas braille instaladas en ordenadores portátiles y de sobremesa. Además, La llave del conocimiento exhibe mapas en relieve, material adaptado para alumnos ciegos, impresoras braille e instrumentos de alta tecnología.

Morillas recordó en su exposición, que realizó leyendo un discurso en braille, que Andalucía cuenta con más de 15.000 deficientes visuales que tienen "acceso a la cultura" gracias al braille que "es algo más que un sistema de escritura", ya que se trata de un "instrumento de comunicación de ideas y pensamientos de un grupos gracias al cual nos permite desarrollarnos profesional y personalmente".

Esta muestra, organizada por la ONCE para celebrar el bicentenario del nacimiento de Louis Braille, recorrerá este año las capitales andaluzas. En concreto, en Córdoba, el horario de visita es de 10:00 a 20:00. Por otro lado, Morillas señaló la importante implantación del braille en la sociedad, ya que cada día "está más presente en ascensores, porteros automáticos, autobuses, metros, intercambiadores de transporte, restaurantes, productos de alimentación o medicamentos". Una muestra de ello fueron los objetos y artículos de uso diario que se exhiben en la muestra. Así, se puede ver desde una regla de carpintero, hasta pasatiempos, pasando por relojes, mapas y juegos como el parchís o las damas, entre otros.

Un homenaje a un "genio" que, gracias a su idea de crear un alfabeto mediante el punteo de cada letra en el papel, ofreció a los deficientes visuales un abanico de oportunidades inexistentes hasta 1825. Entre los actos organizados dentro de la exposición destaca un concurso de lectoescritura braille entre los visitantes, así como la proyección de la película El milagro de Ana Sulivan con un debate posterior sobre la sordo-ceguera.