Lo dicen los expertos en la materia y así lo corroboran también los hosteleros más experimentados. En la hostelería, la calidad del servicio al cliente es un factor trascendental y que normalmente suele marcar las diferencias entre un establecimiento y otro. Ese es un aspecto que siempre tuvieron muy claro Juan Pintor y Almudena Fernández, un joven matrimonio cordobés que el pasado mes de marzo pusieron en marcha la Cafetería El Lobo, donde ambos han volcado todos sus esfuerzos para conseguir hacerse un hueco en este sector tan complicado. "Yo había trabajado antes en hostelería, pero mi mujer no, somos nuevos en esto", cuenta Juan Pintor, que sin embargo tiene claro que "lo más importante en este trabajo es el estado de ánimo con el que se afronta, porque influye en el servicio que se le da al cliente y siempre tuvimos claro que al montar nuestro negocio eso sería un aspecto fundamental".

Ese buen trato a los clientes, unido a su cómoda ubicación, es una de las claves del buen funcionamiento que ha experimentado esta cafetería en sus primeros meses de andadura. El Lobo abre desde las 7:00 todas las mañanas y ofrece buenos desayunos a un precio más que competitivo. Almudena Fernández destaca en ese aspecto "el desayuno que más suelen pedirnos, que es el de media tostada con café, que tenemos al precio de 1,70 euros y que se acompaña con un vaso de zumo de naranja, cortesía de la casa".

Su cómoda terraza es uno de los fuertes de un negocio que echó a andar el pasado marzo

Esos pequeños detalles han permitido a estos cordobeses abrirse hueco en una zona de la ciudad en la que la hostelería se ha reactivado y renovado por el traslado de la Ciudad de la Justicia. Además de los desayunos, la Cafetería El Lobo dispone de una buena variedad de dulces, servidos por el horno cordobés Portaceli, además de una carta con varias propuestas para el cliente. "Servimos siempre la consumición con una tapa o un montadito caliente", cuenta Juan Pintor. Además, en su carta se pueden encontrar raciones de ensaladilla rusa, pulpo, almejas, boquerones en vinagre, anchoas del cantábrico y una amplia gama de embutidos ibéricos, además de bocadillos variados.

La Cafetería El Lobo cuenta además con un cómodo salón interior, de unas diez mesas, y con una terraza que es clave en el negocio. "Nuestra terraza está situada en el parque y es muy cómoda para desayunar o tomar un café a media tarde, sobre todo para familias con hijos pequeños, que tienen un sitio en el que jugar seguro y tranquilo", indica Almudena Fernández.

De esa forma, con el paso de los meses, la Cafetería El Lobo ya goza de su buena clientela y va abriéndose camino en un sector tan exigente como es el de la hostelería. Y es que las ganas con las que han arrancado sus dueños se transmite en su servicio y en el clima agradable que se respira en su local, un lugar tranquilo y perfecto para disfrutar de un buen desayuno, del aperitivo o incluso del café a media tarde.