Comienza una de las épocas del año más críticas para los niños alérgicos. Las temidas reacciones a los ácaros han irrumpido ya en el otoño y las consultas de Alergología del Hospital Universitario Reina Sofía está atestadas de pacientes que no toleran bien estos bichitos que campan a sus aires por todas partes.

La doctora Carmen Moreno explicó que precisamente los más pequeños de la casa son los más vulnerables a los ácaros, por ello es fundamental mantener bien limpio el entorno doméstico. Estos animales microscópicos campan a sus aires en cortinas, colchones, cojines, mantas e, incluso, en la cocina y se alimentan de las descamaciones de la piel. Es muy importante ventilar y solear en aquellos domicilios donde viven personas alérgicas a los ácaros, pues mientras menos polvo exista, menos probabilidad de sufrir reacciones.

La llegada del otoño supone una avalancha de pacientes con rinitis y asma provocados por esta reacción, aunque es cierto que este tipo de alergia es menos frecuente que las de pólenes u hongos. Aunque en líneas generales las reacciones a los ácaros no duran mucho tiempo, todo depende de las condiciones atmosféricas y del clima. "Si el invierno es húmedo y templado, podemos tratar alergias a los ácaros hasta primavera", reconoció la doctora Moreno.

En la actualidad, alrededor de 400 pacientes reciben tratamiento en el Reina Sofía, muchos de los cuales combinan fármacos con la vacuna, cuya tolerancia y eficacia son "excelentes". En este tipo de reacciones, la inmunoterapia es el tratamiento de la causa de la enfermedad, y los medicamentos actúan como complemento, "pues es muy difícil eliminar los ácaros del ambiente". Precisamente, en octubre es cuando se inicia el periodo de vacunación de los nuevos pacientes y se hace un seguimiento más exhaustivo a los que no han logrado controlar los síntomas de su enfermedad.

Entre los ácaros más comunes destacan el dermatofagoide, que se encuentra en el polvo y en el entorno humano. En estas fechas también se agudizan las alergias a determinados hongos como la alternaria alternata, que es el responsable del ennegrecimiento de las paredes y que también se encuentra en determinados alimentos.

Unas de las principales dificultades de las alergias típicas del otoño es que los síntomas de ahogo y asma suelen confundirse con un catarro, por ello instó a que los médicos de cabecera deriven al especialista cuando existan síntomas compatibles con un cuadro de alergia de estas características.