Córdoba

Los forenses desmienten al Rafi al descartar que disparara al aire

  • El psiquiatra define al presunto asesino como un psicópata que padece un trastorno de la personalidad y como un egoísta y con dificultad para controlarse

Los médicos forenses que examinaron el cadáver de José Reyes, muerto supuestamente a manos de Rafael Hidalgo Castro, alias el Rafi, desmintieron ayer al presunto asesino al descartar que lanzara un disparo al aire, tal y como él declaró el lunes ante el jurado para defenderse. Los expertos explicaron que la trayectoria de la bala era horizontal, lo que indicaba que la víctima y su agresor se encontraban en el mismo plano, lo que resulta incompatible con la versión del procesado, quien explicó que disparó al aire para conseguir que cesara una agresión contra sus familiares.

El suceso se produjo en la tarde del 9 de noviembre de 2008. Los forenses explicaron que la bala penetró por encima de la oreja derecha y se quedó instalada en la masa encefálica. El herido fue trasladado al Hospital Universitario Reina Sofía, donde fue intervenido de urgencia, y falleció 14 días más tarde debido a un fallo multiorgánico como consecuencia del balazo. Los forenses no pudieron concretar, sin embargo, a cuánta distancia se produjo el disparo, ya que al curar la herida los médicos limpiaron los restos de pólvora, un dato que resulta clave para determinar la cercanía. Sí descartaron que el disparo fuera a bocajarro, como aseguraron algunos testigos, y manifestaron que las huellas eran "compatibles" con una agresión "a larga distancia", lo que refrendaría la tesis del Rafi.

El psiquiatra que examinó al presunto asesino en el centro penitenciario también expuso ayer ante el tribunal las conclusiones de sus estudios. El experto dibujó al Rafi como un "psicópata" que sufre un trastorno antisocial de la personalidad. "Choca con el resto de las personas porque es egoísta, tiene pocos amigos, es irresponsable y no aprende de las consecuencias de sus hechos", explicó. El forense descartó que el Rafi sea un enfermo mental, pues no sufre alucinaciones y disfruta de una capacidad intelectiva "normal".

Sus capacidades volitivas, sin embargo, sí se encuentran "mermadas" como consecuencia de una adicción al cannabis. Este enganche se hace patente en su falta de motivaciones y en su carácter impulsivo, que hace que actúe "en cortocircuito", explicó el experto. El psiquiatra consideró "difícil" que el Rafi interpretara un papel durante las entrevistas, pues en ese caso habrían descubierto "el engaño".

Otra de las claves del juicio es aclarar si la víctima tuvo la posibilidad de huir. Los testigos lo describieron como un hombre con graves problemas de movilidad, que necesitaba muletas para salir a la calle, por lo que era imposible que pudiera escaparse. La forense, en cambio, se mostró "sorprendida" del uso de bastones debido a que el Instituto Nacional de la Seguridad Social sólo le había reconocido una minusvalía del 40%. La experta describió que José Reyes sufría gota, tenía la tensión alta y niveles altos de colesterol en sangre, por lo que el uso de muletas -explicó- sólo tendría sentido en una situación de "crisis aguda".

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