Córdoba

La expansión urbana se ceba con la romería de la Virgen de Linares

  • La peregrinación se quedará sin pasar por El Realejo, en obras, y por el camino del santuario, lo que obligará a desviar el recorrido por la Carrera del Caballo

La expansión urbana y las mejoras de algunos de los viarios más céntricos de la ciudad se han cebado este año con la romería de la Virgen de Linares. A la junta de gobierno de la cofradía que organiza cada año esta multitudinaria peregrinación, que se celebrará el próximo 4 de mayo, se le han multiplicado los problemas al intentar conciliar la Córdoba de hoy con las tradiciones de siempre. El objetivo era evitar que este histórico camino que realizan miles de cordobeses pierda el ambiente romero que siempre lo ha acompañado. Una sucesión de obras en diversos puntos de su recorrido, algunas de ellas muy cuestionadas en diversos círculos de la ciudad por el impacto medioambiental, se han unido para desmembrar un recorrido que se había mantenido prácticamente inalterable en las últimas dos décadas.

Los romeros no podrán pasar por El Realejo ni por el camino que conduce desde la carretera N-432 hacia el santuario de la Virgen de Linares. Este centenaria fiesta se ha quedado, por tanto, sin su habitual paseo por el Casco Histórico -hasta el pasado año cruzaba desde la calle Claudio Marcelo hasta la plaza de San Lorenzo para llegar a la Ronda del Marrubial- y, lo que es peor, sin su terrizo sendero hacia el santuario. En su defecto, tendrá que bordear el centro, pasando por el Paseo de la Victoria, Ronda de los Tejares y la avenida de las Ollerías para acceder a la carretera N-432.

Sin embargo, el "gran" problema, como así lo calificó ayer el hermano mayor de la cofradía de la Virgen de Linares, Enrique Moreno, se encuentra concretamente en el momento en el que la peregrinación deje la carretera nacional y se encamina hacia su destino final. Las obras de urbanización del entorno impedirán que caballos, carrozas y romeros a pie pasen por el antiguo camino y obligarán a que tengan que llegar al santuario por la urbanización de la Carrera del Caballo, el llamado Paraíso Arenal que que edificó la constructora del empresario cordobés Rafael Gómez. Allí, en lugar de desarrollar la peregrinación flanqueados por las encinas, matorrales y algunos olivos, tendrán que hacerlo por los viarios de este residencial de chalés coronado por un discutido arco del triunfo.

Éstas no serán, sin embargo, las únicas pérdidas que sufra la romería, ya que el popular Puerto de la Salve tiene los días contados como consecuencia de la creciente construcción en la zona. La estrofa de la canción Cordobesita en la que se hace referencia a este punto del camino -Por el Puerto de la Salve, cordobesita de rostro hermoso, cantan los romeros a lo largo del camino-, perderá sentido a partir de ahora y quedará, por tanto, en un mero recuerdo del pasado. Por eso, los devotos de Linares pretenden que se levante un monolito en este enclave que diga que allí estuvo el Puerto de la Salve, un pequeño montículo. Hace años, los romeros le pidieron a Rafael Gómez que colocara la placa. En contraprestación a la pérdida.

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