Efectos cardiovasculares del vapeo en jóvenes consumidores

Un reciente trabajo fin de grado (TFG), realizado por una recién graduada de Medicina de la Universidad de Córdoba, concluye que el consumo por los jóvenes de cigarrillos electrónicos que contienen nicotina se asocia con efectos cardiovasculares predominantemente agudos y dependientes de la dosis, incluidos los aumentos transitorios de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Efectos que, si bien pudieran ser aparentemente menos dañinos que los producidos por el consumo del tabaco clásico de combustión, no pueden considerarse seguros. El trabajo se ha realizado mediante un estudio revisión sistemática y meta análisis posterior, que ha sido publicado en la revista Toxics de referencia internacional (Q1 en JCR) por un grupo multidisciplinar de personal docente e investigador.

Incremento del vapeo en jóvenes y en adolescentes

Es una realidad contemporánea el incremento del vapeo en las personas jóvenes y en adolescentes. Basta echar un vistazo en la calle para comprobar la popularidad que están adquiriendo estos dispositivos, ya sea como cigarrillos electrónicos, vapeadores, o mediante otras formas de consumo (pipas de agua, cachimbas, etc.). Especialmente durante los tiempos (fin de semana) y espacios de ocio. Estos dispositivos generan, a diferencia del clásico cigarrillo de combustión, aerosoles en lugar de humo.

El cada vez mayor consumo en estas edades lo acreditan encuestas oficiales, como la última del observatorio español de las drogas y adicciones, ESTUDES 2023, la cual indica que más de la mitad de los estudiantes de 14 a 18 años (un 54,6%) reconocen haber consumido cigarrillos electrónicos al menos una vez en su vida. Este dato supone un incremento de 10,3 puntos porcentuales respecto al año 2021, situando el uso de estos dispositivos en su punto más alto de su serie histórica. Situación de consumo ascendente en personas jóvenes que no solo ocurre solo en España, pues a nivel mundial la prevalencia de vapeadores es del 16,8%, siendo Estados Unidos y Taiwán los países con tasas más elevadas.

Efectos pulmonares y cardiovasculares del vapeo

El uso creciente durante los últimos años de estos dispositivos de vapeo entre jóvenes y adolescentes es una tendencia preocupante que debería llamar la atención de padres, madres, educadores, autoridades sanitarias y de la sociedad en general. Particularmente, dados los riesgos potenciales que tiene para la salud de sus consumidores, y la cada vez mayor evidencia científica de que su uso (y abuso) no es tan inofensivo como se suponía inicialmente. Al respecto, la comunidad científica puso el foco hace años en el llamado E-cigarrette or Vaping-Associated Lung Injury –EVALI- síndrome, una enfermedad pulmonar que se ha vinculado al vapeo o consumo del cigarrillo electrónico, y que causó numerosas muertes en jóvenes estadounidenses durante los años 2019 y 2020, diluyéndose con el impacto que tuvo la irrupción de la pandemia por el Covid-19.

Además, la reciente revisión sistemática del TFG mencionado sintetiza efectos cardiovasculares descritos por diferentes autores y literatura científica. Efectos agudos, como la activación del sistema nervioso sistémico, alteración de la vasodilatación endotelial, elevación del estrés oxidativo celular y de la actividad inflamatoria en los vasos sanguíneos, incremento de la actividad trombótica y plaquetaria en la microcirculación e incremento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Y crónicos: formación de placas ateroscleróticas en los arterias y prolongación de la repolarización ventricular.

Tabaco de combustión, vapeo y la industria tabaquera

Lamentablemente, la industria tabaquera suele ir un paso por delante en la promoción del consumo tanto del cigarrillo clásico como del electrónico vendiendo la idea de que los cigarrillos electrónicos no son dañinos y que es una forma novedosa y disruptiva frente a aquello que consumen las personas mayores. En consonancia, tal vez, con la visión de que un automóvil eléctrico genera menos daños (medioambientales) que uno de combustión (que también la genera el cigarrillo clásico). De hecho, la cooximetría, prueba que mide el monóxido de carbono en aire espirado, útil para el diagnóstico y seguimiento del tabaquismo en personas fumadoras que quieren dejar de fumar, no sirve para el vapeo. De esta forma, se pretende transmitir que al no generar humo no son perniciosos. Sin embargo, recordemos, ahora que estamos en la temporada de la gripe, lo que suponían durante la época del Covid los aerosoles que generan los vapeadores en cuanto a la transmisión de virus. Además, existe literatura científica sobre los componentes de los líquidos que contienen dichos vapeadores; entre ellos destacan el propilenglicol y el glicerol, que pueden inducir la apoptosis (muerte programada) de las células con las que entran en contacto, causando también otros efectos adversos como la disfunción de las mitocondrias, particularmente cuando se mezclan con otros compuestos, como ciertos aldehídos, en líquidos saborizantes.

Por otra parte, la imagen inofensiva que se vende del uso de estos dispositivos entra en contradicción con el afianzamiento de conductas que generan tanto para su mantenimiento como para el inicio en el consumo del tabaco de combustión, pues además de los efectos adversos sobre la salud ya mencionados, refuerzan la gestualidad (manejo del dispositivo) y la oralidad (llevárselo a la boca), y por, tanto el mantenimiento del mal-hábito, no solamente del cigarrillo electrónico sino también del inicio al consumo del tabaquismo, bien sea a la vez (consumo dual) o posteriormente. En este sentido este artículo persigue también que, tras su lectura, favorezca el avance desde la etapa pre-contemplativa (en la que se sitúan la mayoría de los jóvenes y adolescentes vapeadores) a la de contemplativa, en el modelo de las fases del cambio de Prochaska y DiClemente como proceso de modificación de un hábito o conducta.

Estas cuestiones deberían servir también de reflexión y tenerlas presente quienes alegremente los regalan en eventos familiares a personas cuya personalidad se encuentra en fase de maduración, y para quienes defienden su uso como tratamiento frente al tabaquismo (por ejemplo, en el Reino Unido).

Prevención del tabaquismo y del vapeo en la Universidad de Córdoba

La Universidad de Córdoba implantó en 2023 su política de actuación frente al tabaquismo y las nuevas formas de consumo mediante vapeo. Una de las actuaciones es la investigación en tabaquismo y su difusión, por lo que el artículo publicado se encuadra también en una de las acciones del grupo promotor frente al tabaquismo, formando parte de una de las comunicaciones aceptadas en el III Congreso de Universidades Promotoras de Salud. Universidades comprometidas con el bienestar: hacia entornos inclusivos y saludables.

En conclusión, según la evidencia actual, tanto el vapeo como el tabaquismo deben considerarse inseguros desde la perspectiva de la salud cardiovascular, y su uso debe abordarse, especialmente en jóvenes y en adolescentes. Los hallazgos derivados del TFG y del artículo publicado pueden sustentar políticas futuras de salud pública (como la incipiente de actualización de la ley frente al tabaquismo) y estrategias preventivas.

(*) Antonio Ranchal Sánchez, es personal docente e investigador de la Facultad de Medicina, Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Córdoba (UCO), miembro del grupo promotor de actuaciones frente al tabaquismo, y médico del trabajo en excedencia del Servicio Andaluz de Salud, perteneciendo el artículo publicado a su línea de investigación en tabaquismo.

La referencia del artículo científico publicado es: Ranchal-Lavela, C.; Casanova-Rodríguez, D.; Ranchal-Sanchez, A.; Torre-Aguilar, M.J.D.L.; Jurado-Castro, J.M. Time- and Dose-Dependent Cardiovascular Effects of Nicotine-Containing Electronic Cigarettes in Young Adults: A Systematic Review and Meta-Analysis. Toxics 2025, 13, 831. https://doi.org/10.3390/toxics13100831