La enfermedad celíaca aparece en algunas personas que no toleran una dieta que contenga una proteína vegetal de algunos cereales llamada gluten y que está presente en alimentos tan cotidianos en la alimentación diaria como el trigo, cebada, centeno o la avena. Se puede presentar en cualquier etapa de la vida, y aunque se suele diagnosticar en la infancia también se diagnostican casos en la edad adulta.

La mayoría de los pacientes mejoran de sus síntomas -dermatitis o dolor abdominal- cuando ingiere una dieta sin gluten, pero algunos de ellos padecen una gran sensibilidad al gluten, incluso cuando éste se encuentra en cantidades muy pequeñas en la dieta. En la elaboración industrial de muchos alimentos se añade esta sustancia como espesante o gelificante que puede ocasionar problemas a estas personas. Por eso, hasta hace unos años, un celíaco tenía verdaderos problemas para poder mantener una alimentación sana y equilibrada. Sin embargo, cada vez son más los comercios especializados que ofertan productos adaptados a estos enfermos que sustituyen la harina de maíz por la de trigo que es la contiene el gluten que origina la reacción alérgica.

Santiveri, en la calle Ambrosio de Morales, es uno de estos establecimientos adaptados a los celíacos donde se puede encontrar desde pasta hasta pan, magdalenas o dulces de chocolate, alimentos que hasta hace poco estaban prohibidos para las personas con este trastorno.

La dieta debe seguirse durante toda la vida, según la responsable del centro dietético, Dolores Ramos, ya que está demostrado que el consumo continuado de pequeñas cantidades de gluten puede provocar trastornos importantes. Una alimentación libre de gluten, que se puede conseguir acudiendo a este tipo de centros, permite la desaparición de los síntomas y llevar una vida normal. El único inconveniente es el precio tan elevado que alcanzan estos productos en el mercado. Así, dos bollos de pan cuestan 3,5 euros y un paquete de espaguetis supera también los tres euros. Unas tarifas que han denunciado en alguna ocasión los afectados por esta enfermedad, ya que el sistema sanitario no subvenciona de ninguna manera estos productos que son necesarios para llevar una dieta sana. Además, la sustitución de la harina de trigo por la de maíz supone un aumento de las calorías que hace que estos alimentos engorden más que los tradicionales. Sin embargo, las ventajas para la calidad de vida de estos enfermos es indudable ya que, gracias al interés de marcas especializadas en cubrir este mercado ,se ha conseguido dar un paso importante.

Además, al contrario que los diabéticos -que tienen que reducir y limitar la ingesta de productos con azúcar- los celíacos no están restringidos a este respecto ya que, al eliminar el gluten de los ingredientes de estos alimentos, pueden consumirlos sin ninguna consecuencia para su salud.