La Gloria de San Agustín

El cuñado

  • Y es que cada día hay más de estos, que lo saben todo y algo más

Noche Blanca del Flamenco en Córdoba.

Noche Blanca del Flamenco en Córdoba. / El Día

Pues lo volvimos a pasar muy bien con La Noche Blanca del Flamenco, claro que sí, que anda que no estuvo bonita y anda que no hubo gente dando vueltas por ahí. Yo me alegro mucho de que esto vuelva a ser así, porque no hay mejor señal de que lo chungo, lo que hemos tenido, está pasando, y ojalá dentro de unos años sólo sea un mal recuerdo o un pinchazo que ponernos todos los años.

Como siempre, fue Soraya la que organizó la ruta, que para esas cosas tiene más mano que Cayetano y yo de aquí a Lima, todo hay que decirlo. Porque la verdad es que sabe más de todo que nosotros, tal y como lo digo, que es una persona con la que se puede hablar de cualquier cosa, que de todas puede decir algo, y si no puede se calla y escucha.

Lo mismito que el cuñado de Cayetano, Pedrito, no se pueden hacer ustedes idea, de verdad, que todo lo que les cuente es poco. Es el cuñado entre los cuñados, una cosa, de todo sabe y de nada entiende, y no sé si lo he dicho bien. Pero la boca nunca la puede tener cerrada, una cosa, ya sea que se hable de física, de crianza de caracoles o de lo que sea, de todo sabe.

El otro día se lo trajo Cayetano y vaya la noche que nos dio, que ni cuando cantaban en los escenarios se callaba, que yo creo que le habría gustado subirse y decirle a Argentina o a las Morente que lo estaban haciendo mal, lo que yo les diga. Y así con todo. Que cuando nos estuvimos tomando una tapa él sabía más de vino, de salmorejo o de flamenquines que ninguno, que parecía que los había inventado él, como poco.

Lo mismo cuando se habló de política, lo mismito, claro, que esta gente siempre saben de todo. Pues yo creo que no acertó en nada con el resultado del pasado domingo, aunque eso a esta gente les da exactamente igual, que le dan la vuelta a la tortilla en un periquete, y donde dijeron digo, se dice Diego o lo que haga falta. Ya ves tú ponerse a discutir con Soraya de historias y monumentos de Córdoba, hay que tener valor.

Menos mal que ella es prudente, aunque sólo había que mirarle la cara para darse cuenta del mal ratito que estaba pasando la pobre. En fin, que si nos llega a tocar otro día, de silencio, que se hubiera podido explayar a su gusto, yo no sé cómo habríamos acabado. Y es que cada día hay más de estos, que lo saben todo y algo más, que yo no sé dónde habrán estudiado para tener tantos títulos, aunque luego no tengan ni uno solo. O sí, el de pesados, y con matrícula de honor. Tanto hablarles del cuñado, les he hablado poco del Flamenco, y es que hasta recordándolos consiguen todo el protagonismo, vaya tela.

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