Salud

Córdoba acumula dos semanas con un único caso activo de viruela del mono

  • En Andalucía hay monitorizadas 27 infecciones, cinco menos que en el balance del pasado martes

Una sanitaria inocula una vacuna de la viruela del mono a un paciente.

Una sanitaria inocula una vacuna de la viruela del mono a un paciente. / Marta Pérez / Efe

Desde que el pasado 23 de septiembre, hace justo dos semanas, Córdoba bajara a un único caso activo de viruela del mono, la provincia se mantiene igual en los balances ofrecidos por la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, que evidencian en cada parte el control absoluto de una infección de la que ya apenas quedan 27 contagios en el global de la comunidad autónoma.

A fecha de 7 de octubre, en Andalucía hay 27 casos activos de esta enfermedad, lo que supone cinco menos que el pasado martes. Sevilla vuelve a ser la provincia con más infecciones activas, con nueve, seguida de Málaga, con seis; en Cádiz hay cinco, en Granada tres, dos en Huelva y uno en Córdoba y Almería. Jaén resiste a cero.

Por otro lado, 54 casos por posible viruela del mono están en investigación, según el comunicado de la Consejería de Salud y Consumo, y se han declarado a la Red del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). Asimismo, 843 casos antes confirmados ya están inactivos, según ha indicado la Junta en su informe.

Con respecto a las vacunas, se han puesto 1.780 dosis en los principales hospitales de la comunidad autónoma. Todas las vacunas se han inoculado con "criterio preventivo" (contactos o personas con riesgo), no a pacientes infectados. Por ahora se han recibido 2.102 viales.

Síntomas 

Según el protocolo de la viruela del mono publicado por el Ministerio de Sanidad, la infección suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.

El período de incubación es de seis a 16 días, pero puede oscilar entre cinco y 21 días. El cuadro clínico clásico inicial descrito hasta este brote suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre uno y cinco días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Tiende a concentrarse más en la cara y las extremidades que en el tronco.

Afecta a la cara (en el 95% de los casos) y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales (en el 70% de los casos), los genitales (30%) y las conjuntivas (20%), así como la córnea.

Característicamente, las lesiones evolucionan de forma uniforme y de manera secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.

Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas. Los casos graves ocurren con mayor frecuencia entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.

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