La Junta y las agentes económicos y sociales han presentado el proyecto Unidos en Prevención, que persigue conseguir empresas más seguras en la provincia instalando en sus centros zonas cardioaseguradas.

El delegado de Empleo de la Junta, Ángel Herrador, ha explicado que esta iniciativa fue presentada por empresa y sindicatos en la última Comisión Provincial de Prevención de Riesgo Laborales y “allí se les informó de la posibilidad de poder cubrir parte de la compra de los desfibriladores a través de la convocatoria de ayudas lanzada el pasado 3 de julio y dirigida a las pymes andaluzas para la realización de proyectos e inversiones en materia de prevención de riesgos laborales y que finaliza el 2 de agosto”.

La subvención de estos equipos podrá llegar hasta el 75%, con un máximo de 15.000 euros. Herrador ha señalado que aunque si bien es verdad “que según la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias, ya son un gran número los centros en Andalucía, principalmente áreas deportivas y centros educativos que cuentan con estos espacios, también es cierto que las empresas no se están incorporando al mismo ritmo en la necesidad de disponer de estas zonas”.

La ayuda de estos equipos podrá llegar hasta el 75%, con un máximo de 15.000 euros

El presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), Antonio Díaz, ha afirmado que “hemos visto la oportunidad de hacer una campaña específica basada en ofertarle a todos nuestros asociados un desfibrilador en condiciones económicas ventajosas, para lo que desde CECO ya hemos hecho ofertas a empresas que se dedican a la venta de este instrumental y, también podrán contar con las ayudas de la Junta”.

Mientras, el secretario general de UGT, Vicente Palomares, ha destacado la importancia de esta iniciativa y ha asegurado que “seguimos dando ejemplo de lo que significa trabajar conjuntamente los agentes sociales y económicos para poner en marcha ideas interesantes que resuelvan los problemas de la gente”.

La secretaria general de CCOO, Marina Borrego, por su parte, ha señalado que “el 30% de los accidentes que se producen en empresas se deben a infartos que son el resultado de un mercado de trabajo precarizado y que ha sufrido importantes cambios en los últimos diez años”. “Se ha pasado de un trabajo pasivo a uno de alta tensión, es decir a una intensificación del trabajo, aumentan los ritmos de trabajo, la gente no tiene posibilidad de ascender y desarrollarse profesionalmente y crecen las exigencias psicosociales”, ha indicado.