Córdoba

La ardua labor de dar de comer a la Feria

  • El calor se deja notar en las cocinas de las casetas donde los chefs se esfuerzan porque todo salga bien

Flamenquines, salmorejo, tortilla de patatas, calamares fritos. Pero también hamburguesas, patatas con ketchup, kebab y durum. Comer en la Feria es necesario, aunque sea un día, para contribuir a la idiosincracia de una fiesta cuya carta es amplia. Va de lo tradicional a lo casi moderno (pocos varían su menú) para que todo el mundo tenga opción de elegir qué comer entre rebujito y rebujito y saber qué echarse a la boca cuando las últimas sevillanas bailadas han agotado más de lo normal.

Entre las opciones destaca la comida de las casetas. Cada año es más común que sean servicios de catering los que elaboren las cartas de los recintos en El Arenal, aunque todavía quedan recintos, sobre todo las de las hermandades, en las que se cocina todo a mano. Pero las barras no son los únicos sitios donde echar un rato entre tapeo y tapeo. También es común ver gran ajetreo entre los puestos que se salpican en los alrededores de las atracciones. Allí, las hamburguesas con patatas fritas triunfan como también lo hacen las patatas asadas con absolutamente de todo y la comida india, en un autoservicio que casi siempre lleva a los puestos de churros distribuidos por las salidas del recinto ferial (colocación estratégica).

En la caseta de La Expiración todo lo elaboran Loli, María José y Sofía

Pero para que el visitante disfrute de todos estos manjares hay alguien que se pierde la Feria y se coloca detrás de una plancha a asar lomo como si no hubiera un mañana. Este año, además, se ha unido la característica de que el calor ha hecho acto de aparición en el recinto ferial, y si en las calles de albero ya era complicado permanecer más de cinco minutos, en las cocinas la cosa se tornaba aún mucho más complicada.

María José, Loli y Sofía han sido durante estos días las cocineras de la caseta de La Expiración. Son hermanas de la cofradía y elaboran absolutamente todo lo que se consume en esta caseta. Y aunque aseguran que se lo pasan bien, también reconocen que nueve días de Feria friendo pimientos y haciendo tortilla de patatas queman mucho. También están aquellos espacios de donde sale el olor a carne y dan ganas de comer sea la hora que sea, otro de los lugares donde pasarse el mediodía asando pollo no es el mejor de los planes. Y, cómo no, los tradicionales churros. Desde Dos Hermanas se instala siempre tras la gran tómbola una de las churrería donde no faltan las últimas novedades, pero también donde se suda la gota gorda para que la Feria sea como tiene que ser.

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