Córdoba

Más de 40 años con la confianza de sus clientes

  • bar olivoDirección: Avenida Virgen de las Angustias, número 23.Teléfono: 957 27 00 32.

En un sector tan complejo como la hostelería, un negocio que supera los 40 años desde su apertura debe guardar algún secreto. A veces, los propios dueños no son conscientes de ello, pero con la renovación constante que viven negocios de este tipo, las claves están más claras de lo que parece. Un ejemplo de ello es el Bar Olivo, un local clásico de la hostelería en Córdoba, que funciona desde 1975 de manera ininterrumpida y lo hace con la sencillez como bandera, para seguir obteniendo así la confianza de sus clientes, que después de tantos años ya han hecho suyo un bar que ahora gestiona Isabel García, en lo que es la segunda generación familiar al mando.

"El negocio lo inició mi tío, aunque luego pasó a mis padres, pero al morir mi padre lo asumí yo", cuenta Isabel, una cordobesa que, como ella misma asegura, heredó la profesión de sus progenitores, con los que siempre ha trabajado en lo que fue el sustento familiar y ahora lo es de su familia. Junto a Isabel, su marido José Antonio Murillo, su hijo -también José Antonio- y su nuera Miriam Fernández han hecho de este establecimiento su forma de vida, continuando con la tradición familiar pero aportándole un toque de aire fresco.

Abierto desde primera hora de la mañana, el Bar Olivo tiene en los desayunos su fuerte

Todo un clásico en su barrio, los clientes habituales destacan del Bar Olivo el trato que reciben y lo ajustado de sus precios. "Es verdad que siempre hemos tenido unos precios bastante buenos", reconoce Isabel. Y como muestra, un botón, pues por apenas 1,50 euros se puede desayunar en este establecimiento una media tostada y un café. Abierto desde primera hora de la mañana, el Bar Olivo tiene en la franja de los desayunos unos de sus grandes fuertes, aunque también funciona bastante bien a la hora del aperitivo, al mediodía, donde además también dispone de algunas tapas y bocadillos. El grueso de su clientela, cuenta Isabel, es "la gente del barrio de toda la vida, la que nos conoce y nos ha acompañado siempre".

Eso sí, poco a poco, Isabel y José Antonio están intentando ofrecer alternativas para renovar el negocio. "Para atraer a gente más joven, por las tardes-noches, tenemos además cachimbas y eso nos ha ayudado también a conseguir tener dos ambientes distintos durante el día", indica Isabel. De ese menester se suele encargar su hijo José Antonio, perteneciente a una generación entre la que funciona bastante bien esa moda de las cachimbas en los negocios de hostelería.

A pesar de lo sacrificado de la profesión, como reconoce la propia Isabel García, pues "son muchas horas las que se pasan en el bar y muchos gastos los que hay que afrontar", esta familia puede decir orgullosa que ha conseguido mantener viento en popa un negocio que aprendieron de sus padres y que está ya totalmente integrado en su barrio. Un mérito surgido de la sencillez y del buen trato a sus clientes, algo aparentemente básico pero de un gran valor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios