Córdoba

Las alergias no remitirán esta primavera a pesar de la caída que se espera de la concentración de polen

  • El calor y la falta de lluvia provocará una floración tardía del olivo y las gramíneas

Un hombre pasea por Córdoba protegido con una mascarilla.

Un hombre pasea por Córdoba protegido con una mascarilla. / Juan Ayala

Recién arrancada la primavera, hay algo que preocupa a gran parte de la población: las alergias. A pesar de que los primeros días de la nueva estación vayan a ser algo extraños por la crisis del coronavirus, que provoca que muchos estén confinados en casa tras decretarse el estado de alarma, la naturaleza sigue su curso.

La catedrática de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba (UCO) y presidenta del grupo de trabajo Aerobiología y Polución de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (Eaaci), Carmen Galán, ha analizado para el Día cómo será esta primavera para los alérgicos.

En primer lugar, Galán deja claro que los niveles de polen dependerán de la meteorología y hay que tener en cuenta que el tiempo en primavera es altamente variable. "Es muy difícil hacer previsiones para primavera porque cambia mucho el tiempo", ha apuntado la catedrática de la UCO, que sí ha avanzado que, según fuentes meteorológicas, todo apunta a una estación calurosa (después de un invierno también cálido) y con falta de lluvia.

Detalle de un ciprés. Detalle de un ciprés.

Detalle de un ciprés. / Juan Ayala

En cuanto al invierno, Galán ha detallado que el primer árbol que florece con polen alergógeno es el ciprés. Este árbol, ha apuntado, "ha causado bastantes problemas durante el invierno", y ha añadido que a pesar de no haber tenido una floración intensa, "la falta de lluvia se acumula".

Otra de las plantas que florecen en invierno y que pueden causar alergia son el plátano de sombra y la parietaria. Sobre esta última ha detallado que pertenece a la familia botánica de la ortiga y crece en los muros antiguos de la ciudad, como en zonas abandonadas del Casco Histórico. "Las ortigas no causan alergia, las parietarias sí. Si hay un mínimo de agua la aprovechan y después de la lluvia florecen y causan pequeños problemas", ha apuntado la catedrática de Botánica, que también se ha referido a la floración de las moreras y de las encinas, que en cualquier caso no crean tantos problemas de alergias.

La primavera que viene

Sobre las plantas que florecerán esta primavera, Galán ha señalado que "lo que más preocupa es el olivo y las gramíneas". Acerca de esto, ha dicho que "cuando la primavera es más seca y hay poca agua, la floración no llega a ser tan intensa". Aún así, todo dependerá de cómo se comporte el tiempo.

Con respecto al olivo, ha apuntado que la floración será "media, no alta" y en cuanto a las gramíneas ha informado de que "esperan a florecer cuando hay una cierta acumulación de agua, por lo que ha habido un retraso en la floración en los últimos años".

Como conclusión, Galán entiende que "teniendo en cuenta que será una primavera seca y soleada, en periodos más cortos de tiempo se darán las alergias, y si no hay lluvias se acumularán unos días con otros. Si el tiempo es más caluroso y hay poca agua no hay tanto polen, pero la cantidad de polen en el aire se acumula más tiempo".

Menos polen, pero más casos de alergia

A pesar de que los periodos de concentración de polen, debido a la meteorología, puedan ser más cortos e incluso la floración menos intensa, los casos de alergia en la población son bastante significativos. Desde la Universidad de Córdoba (UCO) han encontrado una de las claves de por qué ocurre esto.

Según ha explicado Galán, el polen tiene una serie de proteínas de reconocimiento de la estructura de las plantas, con lo que existen proteínas con una función que es la polinización, es decir, la reproducción. Desde la Universidad han descubierto que "cuando el grano de polen está sometido a situaciones de estrés, libera estas proteínas al aire en subpartículas" y son estas proteínas son las que causan las alergias.

Galán ha detallado que se ha observado que cuando el polen y la planta están sometidos a situaciones de estrés, para poder asegurar la polinización (a sabiendas de que va a producir menos flor) produce más partículas de este tipo que son, en este caso, las que generan la alergia.

"Esto explica que, en años en los que hay menos polen, pueda haber más partículas alérgenas en el aire. Y por lo tanto más casos de alergia", ha evidenciado Galán.

Acerca de las situaciones de estrés a las que pueden estar sometidas las plantas, la catedrática ha apuntado que, por ejemplo, antes de una lluvia tormentosa hay mucha humedad y "cuando el grano de polen ve que hay mucha humedad en el aire libera estas proteínas y estamos más expuestos". También ocurre, por ejemplo, cuando hay mucha contaminación en el aire.

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