Córdoba

Peregrinación por la misericordia

  • Más de 2.000 alumnos de 24 centros educativos católicos de Córdoba y la provincia inician un camino que les lleva hasta la Catedral para celebrar el jubileo proclamado por el Papa

"El año jubilar de la misericordia comienza con la apertura de la puerta santa por la que se accede a Dios". Así comenzó ayer el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, la eucaristía de celebración del Jubileo de la Misericordia para la escuela católica en la Mezquita-Catedral y ante un público compuesto por 2.200 jóvenes de colegios católicos (en total fueron 24 centros los que acudieron a la celebración entre los que se encontraban Divina Pastora, Calasancio, Bética Mudarra, La Salle, La Trinidad, Jesús Nazareno, La Milagrosa, San Francisco de Sales o Nuestra Señora de la Piedad). Antes de que Fernández comenzara con la comunión, arrancó una peregrinación desde la Torre de la Calahorra. No se veía un espacio por todo el Puente Romano cuando los más de 2.000 alumnos de Córdoba y provincia emprendieron el camino que les llevaría hasta el encuentro con el obispo.

Ya dentro de la Catedral, que se mantuvo cerrada al público durante la celebración y a la que accedieron por la Puerta Santa (abierta únicamente en los años jubilares) , todos los jóvenes ocuparon sus sillas y dejaron las banderolas de sus respectivos centros educativos frente al altar. Varias televisiones transmitían la misa en directo para aquellos que no pudieron coger el mejor sitio.

El obispo explicó a los allí presentes que esta celebración, proclamada por el Papa Francisco, consiste en celebrar las obras de misericordia, que en este caso pueden ser espirituales o corporales. Como si de una lesión de teología se tratara, Fernández nombró todas esas obras que van, en el caso de las primeras, desde enseñar, hasta aconsejar, pasando por corregir; y en el caso de las materiales, dar de comer, de beber, dar vestido o acoger a los peregrinos. Fernández rememoró las palabras del Sumo Pontífice: "he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes".

La eucaristía contó además con la participación de varios de los alumnos que leyeron los salmos responsariales y otras tantas peticiones. El prelado siguió su discurso recordando a los jóvenes que la Catedral "es un lugar sagrado" en el que "nos sentimos a gusto".

El obispo dirigió sus palabras para alabar las bondades de la escuela católica y afirmó que es "muy bonito tener un colegio. Por lo que debemos pedir a Jesús que no nos falte nunca un colegio como el que tenemos". En esta parte de su diatriba, Fernández lazó una petición: "pidamos a Jesús que tengamos todas las ayudas que hasta ahora hemos venido teniendo".

El máximo responsable del Obispado en Córdoba volvió a recordarle a todos los alumnos que deben hacerse notar tanto en la capital como en la provincia. "Se tiene que notar que hay más de 20.000 alumnos en Córdoba más buenos, más estudiantes, más estudiantes", aunque no hizo comparación con nada.

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