Guste más o menos, la funcionalidad del Puente Romano ha resultado un éxito rotundo. Varios miles de cordobeses se desplazaron ayer al monumento que recientemente ha restaurado la Junta de Andalucía -por un importe cercano a los 14 millones de euros- para participar en la jornada lúdica que la Administración autonómica tenía previsto celebrar para dar a conocer la que tal vez es la obra más representativa de la legislatura que termina el próximo marzo. El buen tiempo, con sol dominante y temperaturas siempre superiores a los diez grados, contribuyeron además al perfecto desarrollo de un día en el que el nuevo puente se mostró como un lugar de encuentro para los cordobeses, que llegaron de todas partes.

Se superaron, de esta forma tan multitudinaria, los mejores augurios de los responsables del Gobierno andaluz que el pasado miércoles acompañaron al presidente de la Junta, Manuel Chaves, en la puesta de largo oficial. El propio delegado provincial de Obras Públicas -el área responsable de la ejecución de la actuación-, Francisco García, concretó en este sentido que no esperaba tal grado de participación.

La visita a la pasarela, en obras durante los últimos dos años y cerrada desde entonces totalmente al paso de peatones, estuvo amenizada con las actuaciones de tres grupos teatrales y dos musicales. Los actores intervinieron cada 20 minutos y se situaron en tres zonas, junto a la Puerta del Puente, en la zona central y en las proximidades de la Torre de la Calahorra. Los músicos, por su parte, interpretaron temas sefardíes, en la primera parte del monumento, y de jazz, en el tramo más cercano a la Calahorra. En cuanto a la escenificación, los actores se encargaron de trasladar a los viandantes a las épocas romana, califal y al siglo XVI, concretamente a 1571, el año en el que el rey Felipe II mandó construir la Puerta del Puente.

Sin embargo, la segunda puesta de largo de la pasarela romana, aparte de fomentar la participación de los ciudadanos, conllevó un nuevo debate en torno a la pasarela. Como ya sucediera el pasado miércoles, cuando se produjo además una ruidosa protesta contra la intervención llevada a cabo por el Ejecutivo de Chaves, hubo numerosas opiniones que se opusieron al resultado del puente. Entre las principales quejas figura el temor de los ciudadanos a una oleada de vandalismo en la recién inaugurada estructurada. Los ciudadanos consultados por el Día presagiaron que el puente "puede sufrir en breve destrozos por parte de gamberros". En este sentido, apuntaron directamente a las pintadas que pueden aparecer en la zona del pretil y a la rotura de las farolas que iluminan la estructura.