Después de tres intensos días de pruebas para evaluar casi todos los conocimientos que a los 10 años se pueden tener, la Consejería de Educación concluyó ayer los test de evaluación de diagnóstico que han realizado desde el lunes algo más de 8.000 alumnos de quinto de Primaria.

El punto final lo pusieron cuestiones relacionadas con la interacción con el mundo físico, una de las novedades que la Junta ha introducido este año en las pruebas. Para la Administración autonómica, se trata de una competencia "que hace referencia a la capacidad de utilizar el conocimiento científico, aplicar la metodología científica y ser consciente del papel que ejercen la ciencia y la tecnología en el desarrollo de la sociedad y en el medio ambiente".

Y para ello qué mejor que preguntar a niños de esta edad que enumeren las posibles consecuencias para la salud de Carlos al llevar una dieta, que comienza con un desayuno de dos tostadas con mantequilla y mermelada, un vaso de leche con cacao y tres cucharadas de azúcar, y termina con una cena a base de sopa de fideos, un filete empanado, un yogur y refresco; vamos, una dieta nada recomendable para un niño de quinto de Primaria. Así, los pequeños debían razonar si Carlos sufrirá gordura, padecerá colesterol o le hacen falta vitaminas.

Averiguar qué vela, entre una encendida y cubierta con un vaso alto, otra al descubierto, y otra protegida por un vaso de tamaño medio se apagará antes y sus razones fue otra de las cuestiones, a las que se sumaron algunas relacionadas con actuaciones que contribuyen a mejorar el medio ambiente o las diferencias entre el hombre y la mujer.