Casi tres años y medio después de que se firmara el convenio urbanístico, la empresa Vialmar ya dispone de la autorización de la Junta de Andalucía para la recalificación de los suelos del futuro polígono de actividades territoriales El Álamo, la primera iniciativa seria y respaldada que pretende hacer de Córdoba un centro para actividades logísticas de grandes empresas. El viernes, el consejero de Ordenación del Territorio de la Junta, Juan Espadas, estampó su firma en el documento que permite innovar el Plan General de Ordenación Urbana de Córdoba para incorporar un nuevo plan parcial, de 1,5 millones de metros cuadrados (924.000 metros cuadrados útiles, según el plan parcial), donde se emplazará el centro logístico de El Corte Inglés para el Sur de la Península.

Las empresas interesadas en el proyecto y las autoridades urbanísticas de la ciudad han atravesado un camino empedrado de informes sectoriales, intereses de infraestructuras, documentos cruzados así como los efectos propios de la burocracia urbanística, que hace que cada paso se haga eterno. Ayer, el teniente de alcalde de Urbanismo del Ayuntamiento, Andrés Ocaña, aseguraba que pese a la espera, los principales actores de esta iniciativa están esperando que se desbloqueen los documentos que, de momento, impiden meterle la quinta marcha a la iniciativa.

El Corte Inglés es una parte, quizá la más importante, de este proyecto estratégico, de esos que se llaman de ciudad. La empresa de distribución, después de unas larguísimas negociaciones, reservó 153.000 metros cuadrados en El Álamo a precio competitivo para un centro desde donde repartir las mercancías de sus establecimientos en todo el Sur de la Península. Para el conjunto del polígono, El Corte Inglés es lo que se conoce como una locomotora: una firma que sirve de atractivo a todos los que le interesa implantarse en un polo de servicios.

No debe pasarse por alto la importancia de El Álamo como centro de interés estratégico. Sólo la urbanización estaba presupuestada en 44,5 millones de euros, cantidad que habrá que revisar puesto que se ha quedado un tanto desfasada. Los datos iniciales de la empresa aseguraban que la preparación del terreno tenía un plazo mínimo de dos años, prorrogable a cuatro, según el expediente urbanístico. Vialmar, una empresa gallega del sector de la promoción, tenía previsto en 2007 que el polígono pudiera entrar en funcionamiento antes de 2010, una fecha que en estos momentos es inalcanzable.

Pese a todo, el nuevo centro de servicios logísticos tendrá a partir de ahora un recorrido bastante más ágil. La razón es que, mientras se aprobaba la recalificación, Urbanismo ha trabajado en el plan parcial, que se encuentra pendiente de aprobación provisional. En breve, la Gerencia culminará la fase de planeamiento y permitirá la reparcelación del suelo que es un momento esperado en el mercado.

La razón de ello es que las parcelas no se pueden vender en firme hasta que esta fase no se encuentre superada. La promotora ya se ha puesto a trabajar y El Álamo lleva meses exhibiéndose a los probables interesados a la espera de que la Junta concluyese el proceso emprendido. Desde el inicio del proyecto, se ha señalado a empresas interesadas en implantarse en la zona como ACS o Inditex, ninguna de las cuales ha confirmado nunca sus intenciones de forma pública.

Una de las peculiaridades de El Álamo es que dispone de muy pocas parcelas. En realidad, se trata de macroporciones de terreno que no superan la veintena (aunque está prevista la subdivisión en trozos más pequeños para firmas con menos necesidades de terreno). La más extensa está reservada para El Corte Inglés pero se trata de un parque de actividades logísticas pensado para un número reducido de enseñas, ya que la zona para pequeña y mediana industria o para naves industriales escaparate constituye un porcentaje muy pequeño de la globalidad del centro industrial. Eso sí, La innovación prevé una serie de solares de uso industrial y una fuerte cantidad de terrenos para servicios. Sirva como ejemplo el suelo comercial. Se trata de una parcela de 38.000 metros cuadrados. Mucho más que cualquier centro comercial existente o futuro que se plantee en la ciudad.

Ocaña aseguraba ayer que el paso de la Junta permite encarrilar, de forma definitiva, "las dos grandes operaciones de suelo industrial generadas durante la anterior corporación municipal: El Álamo y La Rinconada". Ambos proyectos responden a la reflexión histórica, atávica, de que Córdoba no dispone de suelo industrial. Ahora, el planteamiento es controlar una de las zonas desde la iniciativa pública y dejar que la privada desarrolle la otra.

En principio, La Rinconada se está encontrando con menos baches. El polígono público dispone de la innovación aprobada desde hace meses y ya se está preparando el proceso de urbanización, que cuenta con el apoyo del Gobierno andaluz, que financiará unas obras de alto presupuesto con cargo a un plan de habilitación de suelos industriales.