Córdoba

La Iglesia cifra en más de 3.000 a los cordobeses que pertenecen a sectas

  • El Obispado organizará unas jornadas informativas sobre estos grupos para prevenir la captación de las personas

Tienen una estructura férrea liderada por un gurú que anula la capacidad crítica de las personas, persiguen un objetivo económico y aprovechan un bajo estado de ánimo para captar a la gente. Estas son las características de las sectas, unos colectivos que están presentes en Córdoba, ya que se estima que alrededor de 30 grupos operan en la provincia y que han captado a un mínimo de 3.000 personas, según apuntó ayer el sacerdote Manuel Sánchez durante la presentación de unas jornadas informativas sobre estas asociaciones que se celebrarán el fin de semana. La presencia de los grupos, según el párroco, es "bastante fluctuante", lo que quiere decir que las sectas no se quedan en la provincia de forma permanente, sino que cambian de nombre o, simplemente, desaparecen y aparecen otras nuevas.

Sánchez apuntó que las sectas "buscan todo tipo de perfil y colectivo social", ya que "ningún segmento de población y edad queda al margen de la captación", sino que "depende de la persona, el momento y el grupo sectario" . De hecho, según el sacerdote, no hay un perfil psicológico de la persona que sucumbe a una secta y que éstas "no son raras o inmaduras" como se suele pensar. Precisamente, el objetivo de las jornadas es informar a los cordobeses sobre los mecanismos que utilizan para atraer al público de manera que puedan distinguir a las sectas de cualquier otro grupo religioso. El debate se celebrará a las 20.00 el sábado y el domingo en el Salón de Actos de CajaSur de Gran Capitán y está abiertos a todo el público. Los ponentes serán Mercedes Montenegro y Manuel Guerra.

Sánchez apuntó que este tipo de colectivos se sirven de la nueva ideología que impera en la sociedad, "que lleva a dejar a un lado todo lo que produce dolor y buscar el placer". En este sentido, apuntó que las sectas ofrecen una vida sin complicaciones, "que dan el camino allanado y ofrecen todas las respuestas". Los síntomas de una persona que ha sido captada por uno de estos grupos son variaciones significativas en su conducta como "dejar a los amigos de lado, cambiar su ideología o mostrar interés por temas que antes ni siquiera mencionaba", dijo el sacerdote.

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