La resolución del contrato con la constructora del edificio de consultas externas del Hospital Materno-Infantil ha supuesto un nuevo retraso para el equipamiento sanitario más importante proyectado en Córdoba desde que se inauguró el centro de salud y especialidades Carlos Castilla del Pino, en el verano de 2013. Después este parón, el Reina Sofía espera retomar las obras a principios de 2022 tras sacar de nuevo la licitación del proyecto con las modificaciones pertinentes.

La directora gerente del centro, Valle García, es "optimista" con respecto a este contratiempo ya que cree que hay que verlo "como una oportunidad" para tener un edificio totalmente adaptado a las necesidades que ha generado la pandemia del covid-19. En ese sentido, explica que, por la experiencia vivida durante estos meses, "el edificio podía necesitar modificaciones para adaptarse a las nuevas necesidades asistenciales, como el aumento de superficie para mantener circuitos y salas de espera más grandes".

"Había que modificar el proyecto para garantizar la seguridad y confortabilidad tanto de profesionales como pacientes", incide García, por eso la modificación del proyecto consiste en la edificación de dos plantas más que en el documento inicial se diseñaron diáfanas.

Ante estos cambios, Acciona Construcción SA y Jiménez y Carmona SA (Jícar SA), UTE a la que fueron adjudicadas las obras en julio de 2019 por un valor de casi ocho millones de euros, han trasladado su decisión de no continuar con la ejecución, que en la actualidad apenas alcanza el 2%. En este punto, hay que destacar que la empresa encargada del diseño del proyecto cuenta con una larga trayectoria en el sector sanitario y, especialmente, en la planificación arquitectónica de centros hospitalarios.

El Reina Sofía ya está redactando la modificación de proyecto, que contaría con un presupuesto superior a los diez millones de euros y que "se mandará a supervisión para que se autorice una nueva licitación y esperemos que la obra pueda empezar a principios de 2022", señala la directora gerente del centro.

"Pero si empieza en 2022, tendremos un edificio adaptado a lo que ahora se requiere", por eso, para García "hay que verlo como una oportunidad". Mientras, recuerda que desde el Reina Sofía han "tratado de aliviar de la mejor manera posible las necesidades que había" en el Materno-Infantil.

Para ello, se han creado 18 consultas en el Carlos Castilla del Pino, "estamos construyendo la UCI pediátrica, que va a buen ritmo, se ha puesto un turnómetro para la gestión de citas en las consultas y se han acometido una serie de cambios y reformas hasta que se construya nuestro edificio, que estamos deseando tenerlo".

En un principio, 2022 era la fecha prevista para la puesta en marcha de este equipamiento sanitario, según anunció el consejero de Salud, Jesús Aguirre, y el plazo de ejecución era de 27 meses.

"El covid nos ha ayudado a entender que esto nos puede pasar otra vez, que tenemos que estar preparados, los circuitos tienen que estar bien diferenciados, debe haber un mayor espacio y a lo mejor no podemos estar tantos dentro del hospital", manifiesta Valle García.

Las obras comenzaron a finales de 2019, pero la empresa constructora decidió paralizarlas en septiembre del pasado 2020 alegando "discrepancias con el proyecto de ejecución del edificio y la forma de llevarlo a cabo, demandando la modificación del documento y el cese de las obras hasta la resolución del desacuerdo". De trasfondo, según otras fuentes, el problema podría haber sido de tipo económico, pues la adjudicataria querría aumentar la partida.

El plan original

El plan de actuación original, sobre el que ahora el Reina Sofía ha introducido modificaciones para adecuarlo a las necesidades de la pandemia, contempla que el nuevo edificio cuente con 10.572 metros cuadrados distribuidos en siete niveles (nivel -2, nivel -1, planta baja, primera, segunda, tercera y cuarta). En un principio, de la superficie total iban a estar construidos 4.686 metros cuadrados y el resto quedaría en bruto, aunque ahora se verán aumentados con dos plantas más.

Una vez finalizadas las obras, quedará la planta -1 libre, siendo ocupadas las plantas baja y primera, como estaba inicialmente previsto, pero también la segunda y la tercera, por las necesidades provocadas por el covid-19. En un principio, estas dos áreas ya iban a quedar reservadas para los futuros cuidados asistenciales vinculados siempre a la atención maternal y pediátrica, lo que se ha precipitado por la situación sanitaria actual. Por último, en la cuarta planta se ubicarán las instalaciones y la cubierta.

La idea inicial era que el complejo tuviera 67 consultas pediátricas y ginecológicas y una sala de fisioterapia de unos 80 metros cuadrados. De este modo, ofrecería 15 consultas más que en la actualidad y, además, permitiría dar un salto de calidad y confort, ya que todas las consultas aumentarían de tamaño y tendrían iluminación y ventilación natural, algo que en las actuales instalaciones no es posible. Ahora, esta distribución sufrirá cambios por la edificación de las plantas segunda y tercera.

En cuanto al diseño exterior, el proyecto obliga a mantener la disposición del edificio de Consultas Externas actual para ofrecer una estética uniforme y consiguiendo que el nuevo bloque no se visualice como un añadido, sino como una parte de conjunto.