A Antonio Macías le diagnosticaron autismo cuando sólo tenía 3 años. Aunque a los 2 sus padres empezaron a notar que algo extraño ocurría con su desarrollo: "Nos dimos cuenta de que desapareció el balbuceo propio de esa edad y que dejó de mirarnos cuando le hablábamos. Algo grave pasaba", recordaba ayer su madre, Julia Perea, casi dos décadas después de aquellos momentos. Antonio, de 21 años, y sus familiares participaron ayer en un acto público celebrado en el Bulevar del Gran Capitán para conmemorar el Día Mundial del Autismo, una enfermedad que tienen diagnosticada 200 niños. El último estudio realizado por el Hospital Universitario Reina Sofía, sin embargo, calcula que este mal afecta a unas 800 personas en toda la provincia.

"Pero los recursos disponibles para la atención de los pequeños son mínimos", lamentó la madre. "Cuando Antonio empezó a ir al colegio apenas se sabía nada de la enfermedad y ahora, por lo menos, hay aulas especiales para autistas", recordó la mujer. El mayor problema, no obstante, surge cuando termina la etapa escolar y, llegada la edad adulta, los jóvenes tienen que hacer frente a su futuro. "Es imprescindible que se creen centros de día para que los jóvenes puedan seguir aprendiendo alguna labor", reivindicó la mujer. La necesidad de contar con este tipo de servicios, de hecho, fue el mensaje principal que los integrantes de la asociación anotaron en decenas de globos que ayer por la tarde se soltaron en el Bulevar del Gran Capitán. Antonio Macías también dejó su mensaje particular: "No os olvidéis de nosotros".

La Asociación de Padres de Autistas de Córdoba está integrada en la actualidad por 50 familias, aunque cuando se puso en marcha, en el año 1995, sólo eran cinco componentes. Su sede se encuentra en el número 9 de la calle San Juan de la Cruz. "Somos de las pocas asociaciones de este tipo que pagamos alquiler en España, y es triste decirlo", lamentó durante el acto público el presidente del colectivo, Francisco Gámez. "Para que los niños reciban los mejores cuidados posibles hacen falta terapeutas, psicólogos, especialistas... Y un centro de día para los que entran en la edad adulta", reivindicó Gámez. El objetivo del acto público de ayer, de hecho, era "concienciar a la sociedad" pero, sobre todo, "que las administraciones públicas presten más atención a la enfermedad".