No es el G-20, es el G-14, pero también tiene en sus manos dictar las recetas para salir de una crisis, en este caso la de Izquierda Unida (IU). Hoy es el día para el que quedaron emplazados los responsables de la coalición cuando el fin de semana del 15 y 16 de noviembre no fueron capaces de ponerse de acuerdo para elegir al nuevo coordinador general, en sustitución de Gaspar Llamazares. La cita de hoy coincide con el 20 aniversario de la huelga general convocada por UGT y CCOO contra el Gobierno de Felipe González, un levantamiento que bien podría reproducirse ahora, aunque en términos internos en la organización de izquierdas.

El consenso no está más fácil que hace un mes. En los últimos días se han sucedido las reuniones para intentar acercar el abismo que separa las facciones que conviven en IU y que, por mucho que se empeñen en decir que coinciden en el proyecto político nacido de la Asamblea federal, no hay manera de que se entiendan cuando hay que hablar de personas. Ésa ha sido, es y será, si hay un futuro, la clave. No hay convivencia posible entre las partes y entre las muchas y extensas biografías que existen en la formación. Por eso, de lo que salga del Consejo Político Federal de hoy dependerá en buena medida la configuración inmediata de la organización y las personas que sigan o se apeen. Mientras eso ocurre, ya hay cábalas para todos los gustos. No faltan quienes hace un par de días aseguraban que la alcaldesa, Rosa Aguilar, no comparte cómo se han llevado las negociaciones y que, al no comulgar con las primeras visualizaciones del futuro equipo, no tardará en marcharse de la organización. De hecho, ponían fecha a ese anuncio de dimisión, no como alcaldesa, sino como integrante de IU: mañana mismo. En el entorno de Aguilar rechazan este extremo y aseguran que la responsable municipal, número dos de la anterior dirección federal, ha estado muy pendiente de los contactos y aportando para la unidad, aunque ella, por sus tareas en la ciudad, no pertenece al G-14, que es la comisión que gestiona IU desde la Asamblea celebrada en Rivas (Madrid). Otra cosa serán sus decisiones sobre su implicación futura con la cúpula federal. Las mismas fuentes aseguran que el problema no es Cayo Lara, responsable de la citada comisión gestora, sino "lo que puede venir detrás" en cuanto a personas. No obstante, algunos de los que no comparten criterios con la alcaldesa aprovechan para echar leña al fuego y apuntar a que es el momento que espera la alcaldesa para soltar amarras con IU y pensar en nuevos aires, algo que, dicen, ya le ha comunicado a algunos concejales. Es el eterno debate que el entorno de la protagonista niega.

Sea como sea, hoy sí será un punto de inflexión porque se podrá comprobar si es posible reconducir la situación. En cualquier caso, hay muchos que auguran "un espectáculo" en las próximas semanas en Córdoba. Según estos militantes, se puede materializar como dimisiones en bloque al entender que el proceso de debate no ha servido para nada y que se ha querido imponer un coordinador en la figura de Cayo Lara, un responsable al que, además, se le quiere dar el matiz de coordinador federal.