Ramón López. Director del festival de la guitarra

"El Festival tendría que afinar para fijar la mirada en un público más joven"

  • El gestor cultural cree que en la principal cita musical de la ciudad se deberían implicar más áreas municipales a la vez que pide más recursos y que la plantilla del IMAE se amplíe

Ramón López, en la puerta del Teatro Góngora.

Ramón López, en la puerta del Teatro Góngora. / reportaje gráfico: juan ayala

La música, el teatro, el circo, la danza, el flamenco... Nada se escapa a Ramón López (Hornachuelos, 1959), gestor cultural que ocupa la Gerencia del Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE). Cada comienzo del mes de julio para él es un ir y venir entre Palma del Río y Córdoba, donde se desarrollan la Feria de las Artes Escénicas (antes llamada Teatro en el Sur) y el Festival de la Guitarra, la cita cultural más potente de la ciudad, que celebra su trigésimo octavo aniversario.

-¿Qué expectativas hay respecto a esta edición?

-Hay unos pequeños matices y es que no contamos con un espacio que para nosotros es significativo como es el Gran Teatro por lo que hemos tenido que adaptar todo al Góngora y a la Axerquía en lo referente a conciertos. Esta es una parte importante pero el festival no sólo es eso. Creo que este año se han introducido algunas cosas que en el pasado ya pincelamos, como La música proyectada y Guitarras callejeras, que está funcionando fantásticamente y va a ir a más. Por otro lado, los cursos son el pilar fundamental y estamos en más del 80% de ocupación. Eso es muy positivo. Creo que se ha conseguido la idea que teníamos de hacer una programación de conciertos equilibrada para todos los públicos. Hemos vuelto a meter un concierto grande -yo no lo llamaría estrella- porque ese tipo de espectáculos más multitudinarios también deben estar, habrá flamenco, canción de autor, bandas internacionales... Hay unas líneas que se abren en un abanico para llegar a todos los públicos. De momento, hay una tendencia ascendente en asistencia respecto al año pasado y para nosotros es fantástico. También nos alegra que cada vez haya más empresas que están presentes dentro del Festival y ojalá se vayan incorporando otras.

-¿Cuántas ediciones lleva organizadas?

-Creo que van por 14, es un número respetable. Organizar un festival no sería posible sin el personal que hay alrededor. La pasión e ilusión que pone todo el equipo es fundamental.

"Me gustaría que hubiera más promoción exterior pero eso significa tener más recursos, públicos y privados"

-¿Qué evolución ha visto en estos años?

-Recuerdo mis primeros festivales, en los que los grandes conciertos se hacían en el Alcázar. Se distribuían entre ese espacio y el Gran Teatro, y los cursos se hacían en el Palacio de Congresos. Ahora tenemos el Teatro de la Axerquía, al que los artistas consideran un espacio ideal y nosotros lo cuidamos en la línea de que sea uno de los mejores lugares de España para conciertos; también el Teatro Góngora, que sirve para los conciertos más pequeños. El Festival va creciendo aunque todavía los años dorados están por venir. Aunque nos parezca que 38 años son muchos, el Festival va a dar para mucho más.

-¿A qué se refiere con eso?

-Hace poco nos hemos alegrado todos con el nombramiento de Medina Azahara como Patrimonio Mundial. Son ya cuatro los títulos con los que cuenta la ciudad. A mí me gustaría que el año que viene, el Festival pudiera dar un pequeño concierto en cada uno de estos espacios. Me gustaría también contar con las salas de Córdoba que hacen música en directo para acercar a un público más joven que quizás esté más alejado de algunos conciertos. No me refiero a los jóvenes que ya van, por ejemplo, a los espectáculos de música clásica. Pensemos en otro tipo de conciertos que se podrían hacer. También me gustaría que el Festival tuviera una promoción exterior mayor de la que tiene. Eso significa tener más recursos de inversión, pública y privada. El presupuesto es el que hay y con eso creo que hacemos muchísimas cosas pero me gustaría tener mayores recursos para llegar a más público y más sitios. A ver, los cursos están bien, llegan a muchos lugares del mundo porque vienen alumnos de fuera, pero todavía hay cosas que mejorar.

-A pesar de la antigüedad de la cita cordobesa, ha habido otras que, aunque no sean exactamente de este tipo, le han tomado la delantera como podrían ser Benicassim o el Sonorama.

-No son comparables. Nuestro festival tiene una característica muy singular respecto a esos dos en concreto: es temático, tiene la guitarra como eje fundamental. Creo que esos que has nombrado son completamente diferentes: durante unos días hay muchísimos conciertos, se congrega mucha gente y se consume música de una manera rápida. Nuestro festival tiene otra cadencia. No son comparables aunque sí estoy de acuerdo en que tendríamos que afinar para fijar la mirada en un público más joven. Quizás se podría empezar con esa complicidad con las salas cordobesas que hacen música en directo, sin hacernos la competencia. Es algo a estudiar.

-¿Sería una forma de redefinirlo?

-Hay que ir implicando a cada vez más gente. Estamos en una época veraniega y el turismo es un elemento que podría ser importante incorporar. Tendríamos que hacer un esfuerzo. Me gustaría que el Festival de la Guitarra sea de importancia para las diversas áreas municipales; no debería ser sólo del IMAE o de Cultura.

-¿Cómo se asumen las críticas?

-Me parece que son siempre positivas si se hacen con buena intención. Creo que sirven para aprender, para rectificar cuando uno ve que hay cosas que no se están haciendo de forma acertada y, sobre todo, para tomar sugerencias. No tenemos ningún inconveniente, porque ya se ha hecho antes, en reunir a especialistas para consultarles sobre lo que habría que cambiar o incorporar. Estamos dispuestos a oír. El Festival, después de 38 años, probablemente tendrá muchas cosas que mejorar.

-Una de las críticas que se suelen escuchar es que este encuentro trae a viejas glorias como estrellas.

-Sí, pero es algo positivo que por el Festival hayan pasado prácticamente todos los mejores guitarristas del mundo. ¿Quién va a dejar escapar la oportunidad de que pudiera venir, por ejemplo, Eric Clapton? A mí me encantaría, y ese sí que es una vieja gloria. Por otro lado, hay gente nueva o menos conocida que también está en el programa. Eso tiene un pequeño inconveniente; quizás los más conocidos o las estrellas atraen a más público y los menos conocidos a menos. En la medida de que haya artistas que tengan una determinada edad, no deberíamos desaprovechar el traerlos. ¿Cómo voy a quitar de la alineación a Manuel Barrueco y a David Russell? Estamos hablando de los mejores guitarristas del mundo. Hay que seguir por ese camino aunque también doy la razón en que hay que ir metiendo a nuevos, como ya hacemos.

-Hace unas semanas el presidente del IMAE, David Luque, lanzó la idea de una posible externalización. ¿Qué piensa sobre esto?

-El presidente del IMAE ha dado ya las explicaciones con respecto a eso. Creo que se refería a que el personal que hay en el IMAE es escaso para organizar el Festival. El IMAE cuenta con tres teatros más la Sala Polifemo y su plantilla no ha crecido. Tenemos el Festival de la Guitarra y cada tres años el Concurso Nacional de Arte Flamenco, que también recae sobre el IMAE. La programación se ha ampliado mucho pero los recursos no suben en esa línea. Si hubiera más plantilla, posiblemente no haría falta echar mano a esa expresión.

-Da la sensación de que el Festival se presenta muy tarde y no se da margen para que los interesados se planifiquen.

-Hay que adelantarlo. Este año se ha hecho un esfuerzo en ello. Esto no quiere decir que esté echando balones fuera pero hay que conocer que el Festival estaba totalmente programado a finales de diciembre pero cada vez el tema administrativo es más complicado y ralentiza la gestión. Hay que hacer mucho papeleo; quizás tendríamos que buscar una oficina técnica que agilizara eso pero volvemos otra vez al tema del personal. Quizás, si no se tiene toda la programación pero sí una buena parte en noviembre, habría que presentarla, como ocurrió con el concierto de Kiss. Hay que hacer un esfuerzo para tenerla lo antes posible pero eso requiere de más recursos y más personal. Todo va en esa línea.

-¿Es entonces la falta de personal el principal problema?

-Si el Festival tuviera más recursos y más equipo de trabajo, daría un paso adelante. No se trata de eso que se dice de que la gente de la cultura siempre tiene la misma queja porque la realidad refleja que cuando hay recortes, de donde primero se quita es de la cultura. Yo reivindico que la cultura tenga mayor importancia en todas las instituciones. A veces parece que es como un añadido pero si verdaderamente los temas culturales tuvieran el peso que tienen otras áreas, a lo mejor estaríamos pensando en otra cosa y no en lo que no hacemos por no tener los recursos necesarios.

-¿Qué presupuesto tiene este año el festival?

-Creo que ha pasado del millón de euros pero si lo comparamos con otros, veríamos que estamos muy por debajo de la media. Estamos hablando de que el Festival de la Guitarra de Córdoba está a un nivel muy importante dentro de las citas europeas. Muchas veces nos dejamos llevar por los fuegos artificiales de los conciertos pero hay una colección de Nombres propios de la guitarra que es magnífica. En los estudios que se hacen año tras año es donde el festival expone su buena cara.

-Además de a Eric Clapton, ¿a quién le gustaría traer?

-Lo que me gustaría es no tener muchas veces en lo alto esa espada de Damocles porque hay que traer a genios de la guitarra pero encima tiene que haber público. Algunas veces todo no puede ser. Quizás los nuevos valores necesitan tiempo para tener un público que acuda a verlos, y los grandes nombres son los que atraen. Hay expresiones minoritarias que no tienen tantos espectadores como los artistas que salen en televisión y son más populares. Hay que buscar ese equilibrio. Dar nombres es muy complicado.

-Sin desprestigiar a ningún artista, ¿cómo se siente al ver, por ejemplo, que El Barrio o Antonio José llenen, y venga Imelda May y vayan 200 personas a verla? ¿Hay que educar al público?

-Efectivamente, y creo que para eso está también lo público, aunque se nos exigen unos números. No siempre vamos a tener a Concha Velasco o a José Sacristán sobre el escenario. Otras veces tendremos a artistas que no salen en televisión pero qué duda cabe que tienen una calidad extraordinaria. Muchas veces la gente va al teatro y no dice la obra que va a ver sino que viene fulano y mengano, sin saber ni el texto que traen. Ese camino nos queda por recorrerlo y en el Festival de la Guitarra lo mismo. Mientras más educado esté el público, más asistencia vamos a tener a algo que incluso no sea conocido, sino que vayan con la confianza de que va a ser un espectáculo de calidad, independientemente de los gustos musicales de cada uno.

-Usted que lleva tantos años como gestor cultural, ¿cómo cree que se puede educar en ese sentido y luchar contra el mensaje tan potente que manda la televisión?

-Hay programas y programas pero evidentemente estamos en una sociedad muy consumista de productos culturales, llamémosles muy comerciales, de consumo rápido. Hay que crear hábitos por espectáculos, fomentar los directos y el acercamiento a ellos de toda clase de público.

-La cita con las seis cuerdas coincide con la Feria de Teatro de Palma del Río, ¿no es contraproducente que se celebren a la vez?

-A mí me gustaría que no coincidieran pero no por un motivo personal sino porque hay mucha gente a la que le gustaría disfrutar de los días de teatro que hay en Palma del Río y también del Festival de la Guitarra, no de un concierto en particular sino del programa en general. Es muy difícil cambiar las fechas, son muchos años de asentamiento.

-¿En qué momento está la Feria?

-Ha dado este año un pequeño paso al cambiarle el nombre a Feria de las Artes Escénicas de Andalucía. Creo que tiene su razón de ser porque esta cita no era solo de teatro sino que la danza o el circo tenían mucha importancia. La Feria se ha ido ampliando y quizás esto tenga su pequeño inconveniente; aquí también hacen falta más recursos porque sino las posibilidades de crecimiento se quedan muy limitadas. Antes de la crisis duraba casi una semana y ahora estamos en la mitad. La Feria está en un buen nivel. De hecho, ha habido más de 300 solicitudes de compañías.

-¿Hacia dónde se dirige esta cita con las artes escénicas?

-Nació y sigue manteniéndose como un abanico de lo que se hace en Andalucía y un lugar de encuentro entre toda la profesión; creadores, programadores y público. Eso se sigue dando en Palma del Río. Quizás hace falta esa dimensión de tener más días para que todo pueda encajar mejor porque meter 31 espectáculos en tres días y medio es estar desde las 11:00 hasta las 03:00 de un lugar para otro. Podríamos ir más relajados con más días y más recursos.

-¿Cómo ve a las compañías cordobesas?

-Están las veteranas pero también hay compañías jóvenes que se están haciendo hueco como Estigma. Enfrentarse a una feria tiene sus pequeños riesgos pero quien no se arriesga no cruza la mar. Es importante esa presencia, al igual que la de Alas Circo Teatro, que va a cumplir diez años pero tiene que proyectarse mucho más. Ojalá la Feria de Palma les dé ese empujón.

-Con todos los años de experiencia que tiene en la cultura cordobesa, ¿cómo ve la situación actual?

-Córdoba tiene capacidad creativa, que es lo importante, y tenemos grandes artistas, pero quizás deberíamos mirar mucho más al exterior y que la gente de la cultura tenga más conexión. Tenemos una materia prima fantástica pero la verdad es que muchos de nuestros artistas se tienen que ir fuera. Todavía hace falta esa eclosión de la cultura cordobesa. No quiero volver al pasado con lo que pudo haber sido y no fue, hay que mirar siempre para adelante y encontrar esa fórmula que nos permita traspasar esas fronteras.

-¿Cómo marchan las obras del Gran Teatro?

-Las obras siempre son dificultosas pero espero que en el plano de la accesibilidad se haya mejorado muchísimo. Va a ser todo el teatro accesible y con esto no me refiero a movilidad. Queremos ir más allá y también llegar a personas con discapacidad auditiva, visual o sensorial. Si en un momento determinado pudiéramos tener subtítulos, sería fantástico, aunque es verdad que no todos los textos están pasados pero hay muchas compañías que lo están haciendo. El año que viene vamos a organizar unas jornadas sobre inclusión social y educación en las artes escénicas y en las que queremos contar con asociaciones.

-¿Está afectando mucho la reforma?

-No tanto como pensábamos porque afortunadamente tenemos el Teatro Góngora, que tiene una actividad plena aunque es más pequeño. Estamos deseosos de que en octubre se inaugure la temporada y volvamos a la normalidad.

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