Semana Santa en Córdoba

Domingo de Resurrección ‘a lo Serrat’

  • El covid-19 no impide que la jornada acabe siendo un gran día para el cristianismo, aunque en Santa Marina obligue a que la eucaristía de Pascua se celebre al estilo de las de las catacumbas

Unos vecinos de Santa Marina colocan en una reja carteles del Resucitado y de la Virgen de la Alegría.

Unos vecinos de Santa Marina colocan en una reja carteles del Resucitado y de la Virgen de la Alegría. / Juan Ayala

Salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio las vendas en el suelo, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó. Porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, que era necesario que Él muriera y resucitase de entre los muertos. (Juan, 20 1-9).

El Domingo de Resurrección no es que pueda ser un buen día, para el mundo cofrade en particular y para el cristiano en general, como plantearía Serrat; es que es un gran día pese a que el coronavirus obligue a celebrar eucaristías de Pascua como si se hicieran desde las catacumbas. Todo en un contexto en el que, como Serrat musicó a Machado, haya sido difícil que alguien prestara un madero para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno en unos días en los que la banda sonora de la Semana Santa, a la que pertenecen las saetas, no se haya escuchado por las calles.

Pascua como la celebrada desde primeras horas de la mañana desde la parroquia de Santa María de las Aguas Santas, donde tiene su sede canónica la Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nuestro Señor Resucitado y María Santísima Reina de Nuestra Alegría. Celebrada a la misma hora en la que dicha corporación tiene su salida procesional, casi a la misma hora que los vecinos del barrio colocan carteles de ambos titulares y telas en balcones y ventanas, como si les diesen la bienvenida a ambos pasos; una bienvenida invisible que se la dan finalmente con el corazón.

Esas imágenes se quedarán para siempre en esos corazones, como aquellas pequeñas cosas que uno cree que las mató el tiempo y la ausencia, pero para las que su tren pilló boleto de ida y vuelta; imágenes de una Semana Santa inolvidable por lo que pudo ser y no fue, de una Pascua inolvidable.

La iglesia recuerda que la Pascua –también llamada Pascua de Resurrección, Pascua Florida, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección o Domingo de Gloria– es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios, la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado, y que se prolonga durante ocho días, hasta la Octava de Pascua.

La actual Pascua cristiana hunde sus raíces hasta el año 1513 antes de Cristo, cuando, según la tradición, el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto hacia la Tierra Prometida. La conmemoración de este hecho, celebrado cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo de su esclavitud en Egipto, recibía y recibe aún hoy en el judaísmo el nombre de Pésaj o Pascua.

Da buena fe de que es un gran día además la iniciativa llegada de la Conferencia Episcopal y que el Obispado extendió a todas las parroquias de la provincia –como culminación de una Semana Santa marcada con el confinamiento para prevenir la expansión del covid-19– de que todas hicieran sonar sus campanas este Domingo de Resurrección, a las 12 del mediodía, “como gesto que busca acompañar la soledad de miles de personas que han fallecido, y mostrar esperanza y consuelo a sus familiares”.

Como repicaron las de Santa Marina de las Aguas Santas en un día en el que se han visto confinanados en ella Nuestro Señor Resucitado y María Santísima Reina de Nuestra Alegría, titulares de una corporación de la que la historia detalla que “desde muy antiguo se ha venido dando culto en la ciudad a Jesús Triunfante. Así, a comienzos del siglo XX, Rafael Ramírez de Arellano describe con detalle el Libro de Constituciones de las cofradías de las Ánimas y del Resucitado, escritas en un mismo volumen de pergamino y cuya fecha de aprobación de la última era del 15 de junio de 1585, lo que la convierte en una de las más antiguas de nuestra ciudad”.

Velas decoradas por el Grupo Joven del Resucitado y la Banda Cristo de Gracia. Velas decoradas por el Grupo Joven del Resucitado y la Banda Cristo de Gracia.

Velas decoradas por el Grupo Joven del Resucitado y la Banda Cristo de Gracia. / Juan Ayala

Además, la historia incide en que “a lo largo del siglo XIX, las imágenes del Señor Resucitado y de la Virgen de la Consolación eran procesionadas por el barrio de Santa Marina el primer día de Pascua de Resurrección. Teodomiro Ramírez de Arellano relata en sus Paseos por Córdoba la ceremonia que los Sábados de Gloria se realizaba en la iglesia de Santa Marina: las imágenes del Cristo y de la Virgen permanecían ocultas en diferentes lugares del templo, y al cantar el Gloria aparecían uniéndose en la nave principal, al son de la música y las campanas.

Música que tampoco pudo sonar por las calles por las consecuencias del covid-19; y es que, de vez en cuando la vida es así de caprichosa, como si fuera algo personal. Lo que sí ha sonado en las redes sociales de la Hermandad es un mensaje de apoyo y ánimo por parte del presidente de la Agrupación de Cofradías de Córdoba, Francisco Gómez Sanmiguel.

“Sé que será un día difícil para todos vosotros. Tras una Semana Santa que hemos vivido tan diferente, tan distinta, quiénes mejor que vosotros para dar testimonio de que tras la muerte viene la vida y de que tras la oscuridad viene la luz. Os doy ánimos para que podáis llevar a cabo esta estación de penitencia en vuestras casas de la manera más íntima y lo hagáis en honor a esas personas que lo están pasando mal o simplemente con la memoria puesta en esas otras personas que ya no están con nosotros. Además, tened fe en que toda esta situación pronto pasará y solo se tratará de un mal sueño...”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios