III Congreso Avilista

Destacan en Córdoba que San Juan de Ávila dio un testimonio radical con su propia vida

  • La tercera jornada del III Congreso Internacional Avilista han sido la espiritualidad y la actualidad según el Doctor de la Iglesia

Intervención de Demetrio Fernández en la tercera jornada del congreso.

Intervención de Demetrio Fernández en la tercera jornada del congreso. / El Día

Los dos núcleos de estudio de la tercera jornada del III Congreso Internacional Avilista han sido la espiritualidad y la actualidad según San Juan de Ávila. De las ponencias dedicadas a profundizar en la espiritualidad avilina se han encargado Antero Pascual Rodríguez, rector del Seminario Metropolitano de Sevilla; Jesús Pulido Arriero, director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe; y Pere Montagut Piquet, director espiritual del Seminario Conciliar de Barcelona.

La mañana ha comenzado con el rezo de Laudes en la Santa Iglesia Catedral y la celebración de la eucaristía, presidida por monseñor Jesús Vidal Chamorro, obispo auxiliar de Madrid. El prelado durante la homilía ha recordado que “el seguimiento de Cristo en la vocación está en la obediencia” por lo que “el camino para liberar al hombre está en enseñarle el camino de la obediencia a Dios”. El Obispo auxiliar de Madrid ha incidido que “hay que vivir la vocación, de obispo, sacerdote, consagrado o laico, en la forma de Cristo”.

El canónigo de la Santa Iglesia Catedral, Antonio Llamas, ha moderado la mesa en la jornada centrada en la espiritualidad. La primera ponencia ha corrido a cargo de Antero Pascual Rodríguez, titulada San Juan de Ávila, director espiritual: doctrina avilista sobre el acompañamiento espiritual. El presbítero ha centrado su alocución en la dirección espiritual en el oficio pastoral, que forma parte del núcleo de la esencia del sacerdote. San Juan de Ávila, según ha explicado, entiende que “el sacerdote se realiza en la medida en que tiene como condición sacerdotal encaminar las almas hacia el cielo” y ha incidido en que “no habría ministerio sacerdotal ni se podría entender la figura de San Juan de Ávila, sin tener en cuenta el acompañamiento a otros a encontrar el rostro de Cristo y a ser partícipes de su gloria”.

Asimismo, Jesús Pulido, en su conferencia La oración de intercesión en el magisterio de San Juan de Ávila ha explicado que es una novedad de San Juan de Ávila hablar de la oración de intercesión, que la realiza el sacerdote, principalmente en la celebración de la eucaristía. La vida del sacerdote “tiene unas exigencias para su vida personal, sobre todo tener una vida de oración y que su vida material vaya acorde con lo que ofrece en la eucaristía”, ha argumentado.

Las intervenciones de la mañana sobre espiritualidad han terminado con la ponencia de Pere Montagut, titulada La espiritualidad del presbiterio diocesano a la luz de la teología de San Juan de Ávila. El sacerdote ha reconocido que la espiritualidad es “un estímulo de renovación” porque San Juan de Ávila supo vivir la entrega propia de los sacerdotes desde el presbiterio secular y pudo experimentar una fuerza mística interior que lo llevó a un amor a la Iglesia.

En el núcleo Actualidad, que ha tenido lugar la tarde de la tercera jornada, el primer ponente ha sido Gaspar Hernández Peludo, rector del Seminario diocesano de Ávila. En su conferencia titulada La formación sacerdotal a la luz de San Juan de Ávila: perspectivas desde la nueva ratio española, el sacerdote ha explicado que la formación según San Juan de Ávila consiste en “ayudar a ser”, no basta decir que hay que ser buenos, hay que ayudarles a serlo.

Francisco Javier Díaz Lorite, sacerdote de la diócesis de Jaén y actualmente director de la Cátedra San Juan de Ávila en la Universidad internacional de la mística, en su conferencia El presbítero y la Iglesia particular: incardinado en una diócesis como San Juan de Ávila, ha incidido en que el concepto que San Juan de Ávila tiene de una diócesis parte de la idea que tiene de la Iglesia en general, “como esposa de Cristo”, para el Maestro la Iglesia particular debe ser como una familia en la que el obispo es considerado como el padre, ha explicado.

Finalmente el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha sido el encargado de la ponencia Radicalismo evangélico (P.R.V.27) del sacerdote diocesano en San Juan de Ávila. Partiendo de la exhortación apostólica de San Juan Pablo II Pastores Dabo Vobis (25 de marzo de 1992), el prelado se ha acercado al radicalismo evangélico de San Juan de Ávila, “que tiene que ver con el amor de Jesucristo hasta el extremo y que se concreta en la obediencia, celibato y en la pobreza, los tres consejos evangélicos”.

En su intervención, dentro del bloque de Actualidad del Congreso, monseñor Demetrio Fernández, ha introducido su explicación a la luz de la doctrina de San Juan de Ávila respecto a los ministros de Cristo. Así, ha explicado que “no solo la Iglesia es esposa de Cristo sino que el ministro de Cristo, al frente de la Iglesia, vive las actitudes de Cristo para suscitarlas en su Iglesia”. En ese sentido, ha destacado que “Cristo obediente hace a sus ministros obedientes; Cristo célibe, virgen y esposo, hace a su ministro prolongación de su esponsalidad y Cristo Pobre hace a su ministro como lo vivió Él”.

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