Los vecinos del distrito Norte están viendo como las promesas de la Junta de Andalucía y de la Gerencia de Urbanismo, promotoras del Parque de la Asomadilla, se van diluyendo en el tiempo. Y es que, desde que se inauguró la primera fase de la citada zona verde en marzo del 2007, "aún no se ha redactado el proyecto de la segunda", manifestó el presidente de este colectivo, Juan Gregorio Ramírez, quien criticó el "muchísimo retraso que esto supone para la conclusión final del parque". El compromiso adquirido por las administraciones públicas fue que "una vez que se terminara la primera parte se iniciaría la segunda inmediatamente"; sin embargo, según señalaron los residentes, "ni siquiera sabemos si se ha iniciado ya la redacción del proyecto, en la que queremos colaborar". En esta segunda fase está prevista la edificación del aula de la naturaleza, dos cafeterías, dos zonas de juegos infantiles, un huerto vecinal, así como la urbanización de esta zona con bancos, papeleras, además de la señalización del circuito y el vallado definitivo del parque.

Otra de las demandas de los residentes respecto a esta zona verde -la segunda mayor de la comunidad autónoma tras el Alamillo en Sevilla- es que se culmine la primera, de la que quedan todavía por "plantar 500 árboles y todos los arbustos, lo que supone adecuar el riego". Asimismo, Ramírez señaló que hacen faltan colocar más bancos y servicios de mobiliario urbano, puesto que "no existe ninguno en el recinto", hecho que obliga a las personas mayores "a hacer un paseo muy corto por el parque".

El retraso para ejecutar esta segunda y última fase no tiene explicación para los vecinos, puesto que "las partidas presupuestarias se iban a ir metiendo en el proyecto anualmente". Sin embargo, el presidente de la Asociación de Vecinos Asomadilla señaló este motivo como el único posible, ya que el compromiso de las administraciones era éste.

Este espacio, que ocupa algo más de 27 hectáreas y 5.000 metros de caminos, entre pistas de atletismo y senderos pavimentados y terrizos, es una deuda histórica que el Ayuntamiento tiene con la ciudad y con los vecinos de este distrito desde 1983, fecha en la que los residentes de Valdeolleros trasladaron por primera vez su deseo de contar con un gran espacio verde.