La Asociación de Personas Sin Hogar ha criticado la "falta de soluciones y el gran número de promesas incumplidas de las instituciones, en especial del alcalde de Córdoba", José María Bellido, con este colectivo en el momento de crisis sanitaria y social actual.

El presidente de la asociación, Rafael Crespín, explica que estos ciudadanos se encuentran sin un sitio en el que confinarse y teniendo que exponerse "continuamente a la infección por coronavirus". Además, para ir a recoger la comida han de desplazarse y "dejar de mantener las distancias de seguridad".

El portavoz del colectivo de personas sin hogar recuerda que, al estar en la calle, están "en continuo contacto con el virus; por lo que siendo uno de los colectivos más vulnerables en condiciones normales, en esta situación estamos completamente desesperados y abandonados".

Por eso, Crespín asevera que son "los olvidados de la pandemia, nadie ha materializado soluciones" y han visto cómo "nuestros representantes, porque los políticos también deberían representarnos, aparecen en vergonzosos vídeos y en medios de comunicación ofreciendo soluciones que no se materializan".

El pasado martes 17 de marzo, el Ayuntamiento anunció que iba a trasladar a los sintecho (alrededor de un centenar) al albergue de Cerro Muriano como medida para evitar que estuvieran en la calle en una situación de alerta como la que ha decretado el Gobierno central.

Luego se habló del pabellón del Guadalquivir, e incluso se instalaron catres (con foto de políticos incluida), pero la Consejería de Salud determinó que este último no era el espacio más adecuado para acoger a estas personas. Entonces se optó por el colegio mayor Séneca a través de un acuerdo con la Universidad de Córdoba. Eso fue el pasado viernes 20 y no había ninguna fecha cerrada para que se produjera ese traslado.

En su denuncia, las personas sin hogar señalan que la mayor parte del colectivo no tiene "recursos para mantener una higiene adecuada", por lo que pueden ser "también foco de infección". "No queremos ser responsables de la desgracia de nadie y solo estamos pidiendo que se cumplan nuestros derechos", añade Crespín.

Muchas de estas personas pertenecen a grupos de riesgo al tener, sobre todo, problemas respiratorios y enfermedades crónicas "debido al desgaste que supone vivir en la calle, e incluso ahora nos sentimos perseguidos por las autoridades que no paran de detenernos y de pedirnos explicaciones incluso en los pocos lugares de descanso que habitamos", manifiesta el portavoz de la asociación.

Para concluir, denuncia que "mientras hay gente que se salta continuamente el estado de alarma, a nosotros no nos dejan cumplirlo", por lo que ruega "a los políticos, que son los que tienen la solución, que pongan inmediatamente los medios para que esta situación se revierta".