Córdoba

Cara y cruz de un traslado

  • Negocios de la zona de la antigua sede judicial sufren los efectos del cierre mientras que los del nuevo emplazamiento esperaban más

Cara y cruz  de un traslado

Cara y cruz de un traslado

Ciudad de la justicia

El pasado mes de abril, la entonces delegada del Gobierno andaluz en Córdoba, Rafaela Crespín, insistía en las oportunidades de negocio que generaría la Ciudad de la Justicia en su entorno físico inmediato, "y las que se abrirán, aún más, con su puesta en marcha por completo en 2018, cuando en ella trabajen 665 profesionales y reciba una media diaria de 1.000 usuarios". Crespín defendía entonces que la gran obra de los últimos diez años en la ciudad -que ha precisado una inversión de 65 millones de euros- "ha permitido que esa zona de Córdoba, entre Noreña, Arroyo del Moro y Parque Figueroa, tenga muchas oportunidades y posibilidades, como lo demuestra la cantidad de negocios y de comercios que se están instalando en la misma".

De momento, la cruz de la mudanza, como era de esperar, se ha empezado a sufrir en negocios de la zona en la que hasta hace unas semanas se ubicaba la Audiencia Provincial, en los aledaños de la avenida del Aeropuerto. "Económicamente lo estamos notando todos, pero especialmente los bares", detalla el quiosquero Francisco José García. "En mi caso, despacho la mitad de cupones que vendía", relata el vendedor de la ONCE Miguel Ángel Parejo, que tiene su puesto de venta junto al quiosco. El quiosquero se refiere, entre otros, a La Abadía, el local de Diego Vega. "Llevo siete años y medio aquí y tenía como clientes a muchos de los jueces, abogados, procuradores y fiscales de la Audiencia. Desde las 07:30 hasta las 12:00 era un no parar sirviendo desayunos, cientos de desayunos", puntualiza quien hasta hace unos meses tenía 17 empleados. "Ahora tengo diez porque he cerrado parte del local, pero lo he cerrado antes de que hayamos perdido la sede de la Audiencia Provincial", puntualiza Diego Vega.

"No tenemos más remedio que reinventarnos con precios anticrisis", sentencia José Palma, quien regenta el bar +Que Copas, detrás de una barra que recibe al visitante con un significativo cartel: "Se necesitan clientes". "Que ya no tengamos la Audiencia aquí supone que haya perdido hasta un 75% de clientes en los desayunos y en mi caso también a la hora de la cerveza", sentencia. "Si a eso le sumas que antes ponía diez veladores en la calle y ahora el Ayuntamiento sólo me deja poner tres, pues nada, que vamos camino de la ruina. Mira, por ejemplo, un histórico como Don Jamón ha acabado cerrando", añade José Palma.

Otros locales, como Casa Luisa e incluso El Café Español, donde "se nos han caído un 30% los desayunos", según su responsable, Francisco Medina, aseguran no sufrir en exceso por la pérdida de la Audiencia Provincial. "Nuestros clientes son más bien de los Ministerios", relata Luisa Gómez, responsable de Casa Luisa. Sea como sea, todos sin excepción esperan que más pronto que tarde se le de uso al edificio que ha quedado vacío -está previsto que acoja delegaciones de la Junta- porque creen que supondrá cientos de potenciales nuevos clientes al día.

La otra cara de la moneda de la mudanza -que de momento no lo es tanto- se vive en locales aledaños a la Ciudad de la Justicia, en Noreña, como el Café-Bar New Gothica, que regenta desde hace dos años y medio Mayte Gómez. "Hemos tenido más personal contratado esperando la avalancha que estaba por llegar con el traslado de los juzgados aquí; hemos invertido y preparado al personal para ello", relata Mayte Gómez, quien insiste en que, por ahora, "gracias a la Ciudad de la Justicia hemos incrementado los desayunos en un 30% gracias también a nuestros precios económicos y, la verdad, es que pensábamos que tendríamos que contratar más plantilla, pero por ahora no está siendo tanta avalancha como esperábamos".

"Nosotros llevamos tres meses abiertos; esto no está nada más que arrancando. Montamos un bar buscando la oportunidad de la llegada de la Ciudad de la Justicia, pero esto va muy despacito", sentencia el joven Guillermo Hernández, uno de los responsables del Café-Bar Formentera. "De momento, unas veces con dos y otras con tres trabajadores nos bastamos y a ver qué pasa", añade.

Los casos de Mayte Gómez y Guillermo Hernández nada tienen que ver con el de Bartolomé Merino, quien regenta el Bar Los Merinos en la calle isla Formentera "desde va ya para 17 años". "Yo no me puedo quejar, siempre he funcionado bien; no obstante, tengo que decir que a todos nos ha venido bien la llegada de la Ciudad de la Justicia, pero esa llegada no se ha notado en la medida en la que esperábamos. Eso sí, ya tenemos 23 bares en 70 metros a la redonda; los negocios, como un estanco que había aquí al lado y una librería, los están reconvirtiendo en bares", añade. Bartolomé se refiere a la exlibrería-papelería Noreña, actualmente en obras para convertirse en bar a finales de mes. "Con la llegada de la Ciudad de la Justicia nos hicieron ver que aquí había una gran oportunidad de negocio y hemos invertido una importante cantidad de dinero después de que se nos dijera que por aquí iban a pasar entre 4.000 y 5.000 personas al día; nos gustaría saber si esa cantidad de personas está por llegar, porque no vemos ese tráfico por ningún lado", relata Antonio Bodoque. "Aquí hay aún muchísimos locales para alquilar, gente que ha visto en esto la gallina de los huevos de oro y esto se puede convertir en una burbuja", añade. También han visto en la llegada de la Ciudad de la Justicia la gallina de los huevos de oro quienes muchos de los que venden una vivienda o la alquilan en la zona. "Los propietarios creen que por tener esa vivienda en el entorno de la Ciudad de la Justicia vale más, pero se equivocan, porque el mercado en Córdoba manda otra cosa. Encarecer una vivienda de esa manera es acabar por no venderla o por no alquilarla", defiende Jacinto Javier Rodenas, de Tecnocasa.

La llegada de la Ciudad de la Justicia ha venido acompañada de también de algunas demandas vecinales. Desde el Distrito de Poniente exigieron ya hace unos meses líneas de autobús con llegadas específicas a la Ciudad de la Justicia, zonas de aparcamientos para atender la demanda de usuarios y para combinar con las necesidades de los residentes y que el actual edificio de la Audiencia Provincial, en la plaza de la Constitución, no se acabe convirtiendo en una nueva Noreña. "Aún estamos esperando a que nos contesten desde el Ayuntamiento a nuestras demandas de los aparcamientos y de los autobuses. La cosa va despacio, ya que nos dicen desde el Ayuntamiento que toman nota de todo, pero luego no contestan a nada", insiste el presidente de la Asociación de Vecinos Arroyo del Moro, Antonio Zamora.

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