Y, al final, la décima edición de la feria del caballo de Córdoba (Cabalcor) arrancó con polémica. La decisión de Córdoba Ecuestre de mantener en el programa de inauguración el acto de homenaje al rejoneador Antonio Cañero, acusado de "genocida" por PSOE e IU, causó el plante de estos dos partidos y la ausencia de representantes de la Junta de Andalucía pese a que el delegado de Agricultura, Francisco Zurera, había incluido su asistencia en su agenda del día. La polémica, además, puso en evidencia las antiguas rivalidades entre el presidente de Córdoba Ecuestre, Rafael Blanco, y el secretario provincial del PSOE, Juan Pablo Durán.

El líder de los socialistas cordobeses advirtió el miércoles su intención de que "tomar decisiones" con respecto a Blanco si se mantenía el homenaje. Éste le contestó ayer y la respuesta evidenció aún más el desencuentro existente entre ambos: "Ni siquiera me ha llamado por teléfono, así que difícilmente puede presionarme", intentó zanjar. Antes de comenzar el acto de inauguración de Cabalcor, Blanco se mostró esperanzado por que "todo el mundo" asistiera a la apertura, algo que no ocurrió al final. "Todos los grupos políticos han sido invitados, y por sus manifestaciones son muy conscientes de que hoy se inaugura Cabalcor", dijo Blanco. En las Caballerizas Reales estuvieron el alcalde, José Antonio Nieto, y varios concejales del PP; también acudieron los ediles de Unión Cordobesa Juan Miguel Alburquerque y Aurora Aguilar, pero ni rastro de responsables del PSOE o de IU en el acto oficial.

Fuera, a las puertas, sí estuvo el coordinador local de IU, Galileo Florido, junto a una veintena de personas que, con banderas republicanas y comunistas, protagonizaron una pitada al paso del desfile del escuadrón de la Escolta Real con el que Cabalcor celebró su décimo aniversario. Tras una barrera policial, los asistentes corearon cánticos en los que llamaron "asesino" a Cañero e "indigno" al alcalde. Hubo cierta tensión, con cruces de palabras entre quienes asistían al desfile y un corte de mangas por parte de un caballista.

Blanco subrayó que Córdoba Ecuestre "no está sujeto a directrices" de ningún color. "Los partidos se tienen que acostumbrar a actuar en su ámbito y dejar que la sociedad civil trabaje. Vivimos momentos complicados en los que Córdoba se merece que las polémicas sean otras y que haya propuestas positivas. Crear problemas que no existen para distraer o complicar, no llega a ningún lado", reflexionó Blanco. "Cada uno tiene que utilizar sus capacidades en su lugar adecuado y no equivocarse", respondió el exportavoz municipal del PSOE cuando fue preguntado por las declaraciones de los últimos días por parte, incluso, de dirigentes de su mismo partido.

Blanco, además, aclaró que el homenaje al rejoneador que dio nombre al barrio de Cañero al donar 50.000 metros cuadrados de suelo no fue organizado por Córdoba Ecuestre, sino por la Asociación de Criadores de Pura Raza Española. "El programa se mantiene con absoluta normalidad y no me crea ningún conflicto estar presente. Nos encontramos en un país democrático, somos una sociedad libre y la Guerra Civil terminó hace 70 años. Se ha creado una polémica absolutamente artificial", insistió.

La Asociación de Criadores de Pura Raza Española de Córdoba homenajeó, en concreto, a Juan Carlos Altamirano, el principal estudioso de las Caballerizas Reales, y al citado Antonio Cañero. El alcalde estuvo presente cuando la organización entregó una placa homenaje al primero, pero se retiró cuando el vicepresidente de la asociación, Enrique Muñoz, dio la placa al responsable de la Asociación Campera y del Rejoneo Antonio Cañero, Enrique San Miguel. "Espero que pronto, liberados de miedos y rencores, se le reconozca como lo que fue, un señor del rejoneo", dijo San Miguel.

Desplantado por su propio partido, Blanco sí recibió el respaldo del alcalde. "Su trayectoria en Córdoba Ecuestre lo avala, y ahora más que nunca merece el reconocimiento de todos", dijo Nieto, quien rechazó a quienes quieren que "el Ayuntamiento condicione la forma de trabajar de una asociación independiente". El subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, calificó la polemica de "absurda e innecesaria" y argumentó que su participación en la Guera Civil "no conllevó represión para que se le considere un genocida".