El campo

COAG alerta de que el acuerdo UE-Mercosur es la puntilla a la peor campaña apícola desde 2004

  • La organización agraria insiste en que la sequía y las fuertes variaciones de temperatura reducen un 60% la cosecha de mieles de primavera

Dos apicultores muestran la miel de sus colmenas.

Dos apicultores muestran la miel de sus colmenas. / Javier Alonso

Corren tiempos convulsos para la apicultura cordobesa en particular y la nacional en general. El sector apícola de COAG considera muy perjudicial para los intereses de los apicultores el acuerdo de libre comercio UE-Mercosur. “Una mala noticia en un contexto especialmente adverso. Nos enfrentamos a la peor campaña de producción de miel de primavera de los últimos 15 años", señala.

"El balance general es de una producción de mieles de primavera que ronda entre el 20% y el 40% de la producción de un año normal –según zonas– e incluso algunas monoflorales, como azahar o tomillo, con menores rendimientos (en torno a un 10% de un año normal). Un invierno excesivamente seco, con bajas e irregulares precipitaciones de lluvia y fuertes variaciones en las temperaturas, han provocado una primavera fallida y nefasta”, ha afirmado el responsable del sector apícola de COAG, Ángel Díaz.

A todo ello habría que sumar el impacto de Mercosur, según COAG. Desde la organización agraria insisten en que si se ratifica el acuerdo, Argentina, Brasil y Uruguay, potencias apícolas a nivel mundial, podrán inundar el mercado europeo con 45.000 toneladas de miel libre de arancel.

“En 2018, la UE en su conjunto importó un total de 34.541 toneladas de miel de los países que conforman el Mercosur (4.549 toneladas de Uruguay, 4.587 toneladas de Brasil y 25.404,35 toneladas de Argentina). A efectos prácticos, la totalidad de lo que ahora se está importando de estos países por parte de la UE entraría sin pagar aranceles, presionando a la baja los precios en el mercado interno”, insisten desde la organización agraria.

Tal y como ha detallado el responsable del sector apícola de COAG, el año pasado el precio medio de entrada de la miel origen Mercosur fue de 2,46 euros por kilo, mientras que los costes de producción de un kilo de miel se situaron en España en 2,92 euros.

“No nos negamos a que venga miel de fuera de la UE, rechazamos la utilización de este tipo de acuerdos para que un puñado de grandes industrias envasadoras puedan comprar barato y aumenten sus márgenes de beneficio a costa de los apicultores de ambos lados del Atlántico”, ha argumentado el responsable del sector apícola de COAG.

Este acuerdo llega en un contexto en el que las condiciones meteorológicas adversas y las enfermedades que afectan a las colmenas están detrás de la caída en picado de la producción de miel en la última campaña, que el responsable sectorial de COAG en Córdoba, Lorenzo Ruiz, situó hace unos meses en un 50%.

A este problema se suma que las grandes envasadoras tiraron los precios por debate de los costes de explotación. En la provincia hay 432 explotaciones, con 58.000 colmenas.

De los 77 municipios cordobeses, hay 44 con actividad apícola, lo que supone el 58% del territorio provincial. Los parques naturales de Hornachuelos, Cardeña-Montoro y las Sierras Subbéticas y Los Pedroches son los territorios donde se concentran la mayoría de las explotaciones, sin olvidar la Vega, que lidera el sector con el 73% de las colmenas censadas en la provincia.

Desde la campaña 2015-2016, el precio de la miel en origen acumula una caída cercana al 40%. En la actualidad, los apicultores están recibiendo ofertas de compra por parte de la industria envasadora muy por debajo de lo que cuesta producir un kilo de miel. La situación para el sector “es perversa e insostenible; producimos una de las mejores mieles del mundo pero la industria envasadora ha dejado de comprarla porque prefiere abastecerse de importaciones de baja calidad de terceros países”, lamentaba hace unos meses Ángel Díaz.

El propio Parlamento Europeo describe los efectos de esta situación en uno de sus últimos informes: “las importaciones de baja calidad, la adulteración y los sucedáneos distorsionan el mercado y ejercen una presión continua sobre los precios y, en última instancia, sobre la calidad del producto en el mercado interior”.

En 2017 se alcanzaron cifras récord de importación. En una década se duplicó la entrada de miel foránea: se pasó de 16.000 toneladas en 2007, a 32.000 en la última campaña.

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