El principio del fin de la obra del Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones (CEFC) del Parque Joyero empieza a intuirse. El Ayuntamiento dio ayer dos pasos definitivos para la culminación de los trabajos, paralizados desde el año 2016. El primero de ellos es el encargo de la redacción del proyecto final a los arquitectos que en su momento realizaron el diseño original y el segundo fue el anuncio que realizó el teniente de alcalde de Presidencia, Emilio Aumente, de que encargarán la obra a la empresa pública Tragsa. Este último paso es fundamental para agilizar los trámites, ya que el proceso de licitación se hubiera demorados unos tres meses. El gobierno municipal llevaba tiempo trabajando en esta estrategia -que pasa por que la Diputación se convierta en accionista de Tragsa- pero no había adelantado nada hasta que ayer llegó el visto bueno del Ministerio de Hacienda para la operación. Esto puede suponer que incluso antes de que finalice este año se pueda volver la maquinaria al Parque Joyero o incluso a principios del año que viene. Las obras pendientes para esta iniciativa requerían un plazo de al menos cuatro meses.

El primer paso, como ya se ha dicho, ha sido encargar el proyecto final a los arquitectos encargados de su diseño original, Javier Terrados y Fernando Suárez, algo que aprobó ayer la junta de gobierno local. El presupuesto es de 265.434 euros, que se dispondrá en dos partidas de gasto, una de 44.275 euros y que se liberará este año y otra de 221.159 euros pendiente para 2019. Esto supone que el gobierno municipal se gastará casi 80.000 euros más de lo que se presupuestó en el contrato inicial de proyecto y dirección de obra y que se adjudicó a Terrados y Suárez por 806.000 euros. Aumente no aclaró si el nuevo documento incluirá las mejoras que propuso en su momento la adjudicataria del proyecto -UCOP- y que fue uno de los motivos por el que consiguió el contrato. En principio, el equipo de arquitectos seguirá el diseño original, aunque habrá que tener en cuenta el estado actual del edificio, del que ya advirtieron que estaba semiabandonado, y los trabajos que ya se han acometido. Según los últimos informes, sólo se ha ejecutado el 47% de la obra, por lo que queda más de la mitad. El último informe de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), fechado en septiembre, apunta que el presupuesto para la ejecución material de lo que queda de obra es de 6,8 millones de euros, sin contar con las mejoras que incluyó UCOP valoradas en dos millones de euros.

Sea el presupuesto que sea, lo que está claro es que la empresa que se va a encargar de la obra será Tragsa. Una vez más, el organismo público tiene que salir al rescate de una obra de la administración, como ocurrió con el Palacio de Congresos de la calle Torrijos. El procedimiento, de hecho, ha sido similar. Aumente explicó ayer que la Diputación solicitó comprar una acción de Tragsa para formar así parte de su accionariado. Esto permite que a través de la institución provincial -que también financia en parte la obra del centro de convenciones- se pueda encargar directamente la obra a esta empresa pública. "Nos ahorramos todos los trámites del concurso de licitación", explicó el edil de Presidencia, que se pueden prolongar hasta tres meses. La Diputación tiene ahora que aprobar en un Pleno la compra de esta acción para poder disponer de Tragsa, Antes, dentro de unos "15 o 20 días" se espera tener el proyecto final de obra por parte de los arquitectos.

Aumente aseguró que el poder recurrir a Tragsa es "un alivio" no solo por el ahorro en tiempo de la licitación, sino por las garantías que ofrece la empresa pública, después de los últimos episodios a los que se ha tenido que enfrentar el Ayuntamiento de problemas con las adjudicatarias.