Córdoba

Ambrosio cree que "hay que pensar" si la idea del Cabildo merece la pena

  • La alcaldesa advierte de que la actuación pone en riesgo la declaración del monumento como Patrimonio

La alcaldesa, Isabel Ambrosio, se refirió ayer a la polémica surgida por la posibilidad de abrir una segunda puerta en la Mezquita-Catedral para facilitar el tránsito de las cofradías en su estación de penitencia. Ambrosio, que hasta el momento no se había pronunciado sobre las posiciones enfrentadas -Icomos asegura que la actuación prevista va contra el patrimonio mientras el Cabildo defiende la propuesta- planteó ayer sus dudas e, incluso, aseguró que "deberíamos pensar si merece la pena o no merece la pena". La regidora, durante una entrevista en el informativo andaluz de Radio Nacional de España, respaldó los planteamientos del órgano asesor de la Unesco, Icomos, que pone encima de la mesa la posibilidad de que la Mezquita-Catedral pierda su distinción de Patrimonio de la Humanidad si se acomete la segunda puerta. Así, aseguró que "la foto fija" por la que el monumento consiguió esta calificación "se vería afectada y ese es un riesgo que hay que tener en cuenta". "Córdoba no se puede permitir perder esa distinción", continuó, por lo que "si lo que ponemos en riesgo son intereses generales muy importantes deberíamos pensar si merece la pena o no merece la pena".

Ambrosio se refirió también al debate sobre la titularidad del monumento, aunque en este punto recordó la postura que ha mantenido su partido, el PSOE, y que pasa por la reclamación de la titularidad pública y una gestión turística compartida, con la presencia no sólo del Cabildo sino de otras administraciones. La regidora aseguró que estas premisas son "compatibles" con el culto católico del monumento e insistió en que las instituciones pueden aportar "mejoras" en materia de turismo por su experiencia en la gestión, según explicó en la entrevista radiofónica.

Ambrosio explicó que la Mezquita-Catedral "siempre ha sido de los cordobeses" hasta que en el año 2006 fue inmatriculada por la Iglesia y que "así debe seguir siendo" porque se trata de un momento que "pertenece no sólo a los cordobeses, sino a toda la humanidad". Además, insistió que tanto el Ayuntamiento como la ciudad "siempre han respetado" el culto católico en el monumento.

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